La situación política en Venezuela, llevada al pleno por el PP para manifestar el apoyo del Parlamento gallego a la oposición a Nicolás Maduro, ha generado un bronco debate con reproches cruzados entre populares, BNG y PSdeG; con los primeros acusando a nacionalistas de «estar a favor de la dictadura bolivariana» y a los socialistas de «instrumentalizar» al líder opositor, Edmundo González, facilitando su asilo en España «despejarle el camino» a Maduro.
Las palabras fueron de la viceportavoz del grupo mayoritario, Paula Prado, a la que nacionalistas y socialistas replicaron que el PP trata de emplear la crisis en Venezuela para «atacar» al resto de partidos y «desviar la atención» sobre los problemas que afectan a Galicia.
Todo ello durante el debate este miércoles de la iniciativa del PP que aboga por que España reconozca a González como ganador «legítimo» de las elecciones venezolanas de julio y que fue aprobada con los votos a favor de populares y el diputado de Democracia Ourensana, Armando Ojea. El BNG votó en contra y los socialistas, se abstuvieron.
Los nacionalistas, a través de su viceportavoz parlamentaria, Olalla Rodil; justificaron su ‘no’ a la proposición porque entienden que se trata de una «injerencia» en los asuntos internos de un país. Por su parte, los socialistas se decantaron por la abstención debido a que, como expuso la diputada Paloma Castro, consideran que la situación del pueblo venezolano requiere «actuar con coherencia, prudencia y diálogo», algo que no aprecian en una «estrategia» enfocada a «soltar bombas de racimo para hacer daño al Gobierno».
El debate lo abrió Paula Prado poniendo el foco en que las elecciones de julio en Venezuela fueron «de todo menos libres, democráticas, transparentes» para, a renglón seguido, invitar al PSdeG a aclarar si está «más cerca» de Felipe González, crítico con el gobierno de Maduro, o «de Pedro Sánchez y su ministro de exteriores in pectore», en alusión a José Luis Rodríguez Zapatero.
Según la número dos del PP gallego, Zapatero fue el encargado de «negociar todo» lo relativo a la llegada de Edmundo González a España, «incluso el comunicado» emitido posteriormente y en el que Prado aprecia «un intento por desanimar a las personas que luchan por la democracia en Venezuela». Para Prado, Zapatero facilitó el exilio del opositor en España para «despejar el camino al dictador (Maduro)».
Al BNG, la del PP animó a su líder, Ana Pontón, a «mirar a la cara de los venezolanos que dejaron a sus familias y amigos en su país y decirles que defienden a Maduro». Ya en su turno de cierre y después de que Rodil y Castro la acusasen de «crispar» y «montar un circo» usando al pueblo venezolano, Prado elevó sus críticas y preguntó a la oposición «qué les parecería» si después de las elecciones autonómicas el presidente gallego, Alfonso Rueda, mandase a la Policía Autonómica «a detener a Pontón o (José Ramón Gómez) Besteiro porque no les gustó el resultado de las elecciones». «Eso es lo que quiere Maduro», ha apostillado.
Frente al argumento del BNG de no incurrir en injerencias en los asuntos internos de un país y luego de que Rodil afease a los populares de «no proocuparle un mínimo la democracia, la paz o la vida» como, a su juicio, evidencia la «falta» de rechazo al «genocidio» en Palestina; Prado ha replicado al BNG que son «víctimas de sus contradiciones» como demuestra que «se pongan del lado de Putin» en el conflicto en Ucrania o «no digan nada del terrorismo de Hamas, que decapitó a niños y quemó a mujeres». «Hablen de eso también», ha dicho la popular.
«Ya sabemos cuál es la ideología del BNG. La de Marx y la de Stalin, que tienen 100 millones de asesinatos a sus espaldas», ha espetado Prado en el último turno de palabra de un debate en el que, antes, Rodil había censurado a los populares lo que aprecia como un intento por «desviar la atención» porque «creen que atacan» al Bloque, para lo que «seleccionan muy bien los país».
«Pero no nos atacan a nosotros, instrumentalizan el dolor de mucha gente», ha aseverado Rodil antes de defender que el BNG está «donde estuvo siempre», en la defensa de la «libre determinación de los pueblos, sin injerencias foráneas» como la que, a su juicio, salió aprobada este miércoles en la Cámara gallega.
Por parte del PSOE, Paloma Castro aseguró que España fue el «primer país» de la Unión Europea que demandó la publicación de las actas de unas elecciones que tuvieron «un tufo antidemocrático que cruzó todo el Atlántico», al tiempo que acusó al PP de alimentar «teorías conspiranoicas» con el exilio de González «como si estuviese poseídos por el espíritu de Miguel Bosé».
Castro ha remarcado que los socialistas reclaman «democracia» sin «distinguir de territorio» y que, por eso, se posicionan en contra de «los recortes de derechos» del gobierno de Javier Milei en Argentina, el «genocidio» en Gaza o la invasión rusa en Ucrania. Todo ello desde la «coherencia, prudencia y diálogo», coordenadas en las que no ve a un PP centrado en «montar un circo» a costa del pueblo venezolano para «atacar al Gobierno».