El alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, ha reconocido que el alivio de las restricciones le da «un poco de vértigo» y ha apelado a la responsabilidad ciudadana para recordar que todavía no se ha superado la crisis sanitaria ni la situación vivida en la ciudad. «En absoluto, el peligro está ahí», ha insistido
El alcalde ha insistido en el trabajo realizado para reducir «en cinco semanas» el volumen de contagios, que pasaron de casi 500 casos activos a cerca de un centenar.
«No podemos ni debemos permitirnos que esto vuelva a suceder», ha advertido, para insistir en la necesidad de controlar los grupos, las reuniones familiares y que esa prudencia sea más «estricta» en la hostelería, tanto por parte de los profesionales como de los ciudadanos a nivel individual.
Bugallo ha lamentado que «sería terrible» y «un mazazo» registrar una marcha atrás en las próximas semanas, sobre todo «después del sacrificio que se hizo», para lo que ha reiterado la necesidad de «respetar las medidas de seguridad» y evitar aglomeraciones.
Del mismo modo, ha recordado, «el toque de queda sigue en vigor» y las fiestas en pisos serán sancionadas», y ha advertido de que se aplicarán las multas que sean necesarias ante comportamientos «irresponsables e insolidarios».
Bugallo se ha referido, específicamente, a casos en los que las fuerzas policiales acuden ante una posible fiesta pero no son capaces de identificar a los ocupantes del piso en ese momento, ante la negativa por parte de los usuarios a abrirles la puerta.
En este sentido, ha advertido de que la policía volverá otro día a identificarlos y a esta sanción por incumplimiento de la normativa se le añadirá otra por incumplir la ley de Seguridad Ciudadana, que permite multas de alcanzarían los 3.000 euros.