El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha puesto en valor el proyecto de recuperación de los faros de Cabo Silleiro para uso hotelero y hostelero, y ha lamentado que el Gobierno de España, con el recurso contra la Ley del Litoral de Galicia, «no deja» replicar ese modelo y actuar en otras zonas de la costa, donde se podrían recuperar infraestructuras.
Así lo ha trasladado este lunes, durante una visita al faro ‘nuevo’ de Cabo Silleiro, en la que los adjudicatarios de la concesión han anunciado el inicio de las obras, para convertir estas instalaciones y el faro ‘viejo’, en un hotel y una cafetería, respectivamente, y ponerlas en servicio el próximo mes de junio.
Alfonso Rueda ha destacado la «valentía» de los empresarios que han puesto en marcha este proyecto, que partió «de un sueño», y que avanza a pesar de un proceso administrativo «que no fue sencillo» (el Puerto sacó a concurso la concesión, la administración central tuvo que autorizar la compatibilidad de usos y hubo que tramitar la licencia de obra, entre otros pasos).
El titular del Ejecutivo gallego ha subrayado que esta iniciativa contribuirá a «elevar el nivel de la oferta turística» en Galicia, y ha lamentado que no pueda replicar el modelo y crear una «red» de espacios emblemáticos como éste, algo que contempla la ley gallega del litoral recurrida por el Gobierno. «No entiendo por qué no nos dejan», ha lamentado Rueda, al tiempo que ha recordado que se podrían recuperar instalaciones en ruinas, respetando el entorno, para darles una segunda vida y generar riqueza.
«Hay emplazamientos que tendrían una utilización turística fantástica, respetando el entorno y poniéndolos más en valor, con una segunda vida, también económica. Porque la costa hay que preservarla, pero en la costa también hay que vivir y seguir creando riqueza», ha abundado.
RECUPERACIÓN DE LOS FAROS DE CABO SILLEIRO
El proyecto, impulsado por la empresa Lighthouse Baiona, prevé convertir el faro nuevo en un hotel con 16 habitaciones, estancias comunes, y un restaurante bar. Todo ello mientras el faro, que se puso en servicio hace un siglo, sigue funcionando y cumpliendo su función de señalización y seguridad marítima.
Mientras, el antiguo faro, ubicado a unos 800 metros del anterior, se encuentra en ruinas y será restaurado para ubicar una cafetería con terraza. Estas instalaciones ha perdido la torre con la linterna, pero la idea es poder recuperarla y poner en valor el conjunto que, además, se encuentra en pleno Camino Portugués por la Costa.
En el acto de este lunes, el alcalde de Baiona, Jesús Vázquez Almuíña, ha celebrado la recuperación de este entorno y ha recordado que, hace casi 20 años, se había propuesto convertirlo en un albergue de peregrinos. La propuesta no fue estimada (a pesar de que Abel Caballero, como presidente del Puerto, anunció el albergue en 2006) y, años después, se inició el camino para permitir el uso hostelero.
Vázquez Almuíña ha trasladado, asimismo, su deseo de que la recuperación de ese espacio se pueda trasladar también al entorno, en concreto a las antiguas baterías militares que se encuentran a poca distancia y ha confirmado que el Ayuntamiento de Baiona ha trasladado esa petición al Gobierno central.