Las acusaciones en el juicio contra un exmilitar, condenado por el asesinato a un vecino de Ordes (A Coruña) con el que previamente había mantenido una discusión, han reclamado que se eleve de 15 a 20 años la condena frente a la defensa que alega la existencia de «dudas razonables» y pide la absolución.
Lo han hecho con motivo de la celebración, en la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), de la vista de apelación contra la sentencia condenatoria de la Audiencia Provincial de A Coruña de acuerdo con el veredicto del tribunal del jurado.
Las acusaciones, al igual que Fiscalía, reclaman el aumento de la pena. En concreto, los letrados que representan a la expareja de la víctima y a la madre lo hacen por el mismo motivo, infracción del precepto constitucional, y solicitan que sea la condena por 20 años y no por los 15 a los que se le condenó.
Por su parte, la defensa ve vulnerado el principio de presunción de inocencia y solicita la absolución. También alega la existencia de «dudas razonables» en relación a los hechos por los que fue condenado su cliente para pedir que se anule el fallo.
ENEMISTAD PREVIA
El tribunal del jurado consideró probado que, sobre las 4,00 del 17 de julio de 2016, el acusado apuñaló a la víctima en el cuello cuando caminaba por la calle Compostela en dirección a su domicilio, en Ordes.
Así, el ataque se produjo «sorpresivamente» y en una zona que estaba «mal iluminada y escasamente transitada» por lo que la víctima careció de posibilidad de defensa, según consta en la sentencia.
En el fallo, el magistrado presidente tribunal del jurado indicaba que «una única puñalada, certera y fulminante, determinó la muerte inmediata de la víctima», cuyo cuerpo «no presentó ninguna herida de defensa».
Además, se consideró acreditado que el condenado y el fallecido, «dedicados habitualmente a la venta al por menor de drogas», tenían enemistad y que el día de los hechos tuvieron una pelea, tras la cual la víctima se marchó para su casa y llamó por teléfono para pedir la presencia de una patrulla policial.
Posteriormente «fue degollado por el acusado, que tenía entrenamiento militar». Pocos días después de los hechos, el condenado y su familia se trasladaron a Madrid y, después, él viajó Colombia.