La polémica generada por la aparición de un muñeco con la cara de la ministra primera del Gobierno, Carmen Calvo, colgado de un árbol de la Praza 8 de Marzo de Santiago se ha colado en el debate parlamentario durante el pleno que la Cámara gallega acoge este miércoles, donde el PPdeG ha mostrado su condena a lo que ha tildado de «acto violento» y que el BNG ha encuadrado en la tradición del ‘Meco’, propia del carnaval gallego y que consiste en la satirización de una persona a la que se ‘castiga’ por los actos del último año.
El rifirrafe ha surgido en el marco del debate de una proposición no de ley sobre brecha salarial entre hombres y mujeres presentada por el Partido Socialista. La encargada de defender la postura del PPdeG fue la diputada Paula Prado, que inició su intervención mostrando el apoyo de su grupo a Carmen Calvo por la aparición de este muñeco con su cara «ahorcado» en una plaza compostelana, un acto que ha calificado de «incitación al odio que nadie merece».
«No sé si los responsables fueron fascistas o colectivos ‘ProQueer'», ha continuado Prado, que ha puesto el acento en que «nadie puede apelar al feminismo ni a la lucha feminista, colgando a una mujer en un árbol». «Desde el PP condenamos este macabro acto de incitación a la violencia y lamentamos que la ministra de Igualdad (Irene Montero) no lo haya condenado», ha apostillado.
A continuación, Paula Prado ha deslizado que «los que llevaron a cabo esta acción están dentro del gobierno» en apelación a las diferencias entre Podemos y PSOE por la conocida por la ‘Ley Trans’.
Después de que la parlamentaria del PSOE Carmen Rodríguez Acosta agradeciese el gesto del PP y ya en el debate de otra proposición no de ley, la diputada del BNG Olalla Rodil tomó la palabra y aprevechó para pedir que se «contextualice» la aparición del muñeco con la cara de Calvo, pues ha defendido que se trata de la tradición del ‘Meco’, propia del carnaval gallego y, en concreto, del ourensano.
«Eso se llama ‘Meco’ y forma parte de la tradición del país», ha aseverado Rodil, que ha recordado que el pasado año, el protagonista fue el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Fijjóo, «y nadie» del PP «vino a condenarlo», lo que provocó la respuesta desde la bancada popular.
«¿No hay nadie de su grupo de la provincia de Ourense que levante el teléfono para contextualizar lo que pasó?», se ha preguntado Rodil antes de sentenciar que, a su juicio, trasladar al primer plano de debate público este tipo de hechos supone «criminalizar la tradición popular» con el objetivo de «echarse los trastos los unos y los otros a la cabeza».