La acampada en defensa del pueblo palestino que desde hace semanas está instalada en la Facultade de Historia de Santiago han acusado la directiva de la USC y al decanato de mantener una actitud «hostil» de forma «constante» hacia los participantes en el cierre y de tratar de «desprestigiar» la acción reivindicativa con «mentiras» en medios de comunicación y «presiones» sobre los integrantes y el resto de la comunidad educativa.
En la mañana de este miércoles, un grupo de participantes en la protesta que se mantiene en Historia desde mediados de mayo han ofrecido una comparencia ante los medios de comunicación que se ha producido horas antes de la reunión a la que están citados para sentarse con el rector de la USC, Antonio López, al que traslarán un manifiesto compuesto de 17 puntos que pide a la institución compostelana que adopte una posición activa en el conflicto de Gaza y rompa relaciones con empresas y entidades que amparan «el genocidio» del pueblo palestino.
A las puertas de la Facultade de Historia, donde permanecen encerrados en sus pasillos un contigente de «unas 70 u 80 personas» de forma permante, los participantes en la acampada ha censurado la «negativa» hasta este miércoles de los órganos directivos de la USC a recibir a los miembros de la acampada a pesar de haber sido formulada la petición de reunión «cumpliendo los trámites establecidos».
Para los acampados, esta negativa «es uno de los muchos ejemplos de hostilidad contra la juventud organizada» y la «complicidad» con el sionismo de la USC, a la que acusan de haber adoptado una actitud de «medias tintas» sobre el conflicto como forma de «lavado de cara» hacia su papel y de haber iniciado una «campaña de desprestigio en la comunidad universitaria y a nivel mediático» para tratar de «invalidar la voz» de la protesta.
Por ello, en el encuentro que mantendrán el rectorado con López y su equipo «exigirán» que la institución académica «termine con la hipocresía» y asuma un documento compuesto por 17 puntos entre los que figuran compromisos ccomo la visibilización de la denuncia del «genocidio» en los edificios oficiales o la ruptura en las relaciones y contratos con entidades y empresas que colabaron con el sionismo.
«No haremos concesiones», han proclamado los participantes en la asamblea, que han dejado claro su voluntad de «no negociar» con la directiva de la USC porque consideran que sus demandas son «perfectamente asumibles», como ya hizo la Universitat de Barcelona, y entran dentro del marco competencial de la USC. «Si no aceptan, su papel como cómplices del genocidio será evidenciado una vez más», han apostillado.
Además, también han criticado «los intentos» de los «políticos profesionales» por «cooptar los movimientos de base» y tratar de participar en los espacios de protesta contra la «masacre» de Gaza «para dirigirlos» mientras «preteden formar parte del entramado burocrático europeo que participa del genocidio». «No se puede apoyar a las víctimas mientras se forma parte de los verdugos», han aseverado los estudiantes, que decidirán en asamblea tras la reunión con el rectorado .
TENSIONES EN LA FACULTAD
También se han referido a las tensiones que, según han trasladado, se producen con decanato de la Facultade de Historia, al que invitan a «presionar» al rectorado para que «termine con la colaboración con la masacre» si «tanto le preocupa la salud estructural del edificio».
Los acampados, que han iniciado una campaña de recogida de firmas de adhesión a su causa y niegan haber puesto problemas para la organización de exámenes en la facultad, lamentan que se trate de «desprestigiar» el cierer con «mentiras» e intentos por «infantilizar» las protestas.