La mejora de la movilidad entre Pontevedra y Marín a través de la conocida como carretera vieja será una realidad, según las previsiones aportadas por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, como muy tarde el primer trimestre de 2025, es decir, tienen un horizonte de dos años.
Casi dos años después del accidente mortal ocurrido en Estribela (en mayo de 2021), en el que falleció una mujer de 68 y su nieta, de seis, resultó herida grave, el Gobierno gallego ha confirmado el horizonte de esta remodelación que dio sus primeros pasos en agosto de 2021 con el anuncio de un estudio de viabilidad para definir las obras en todo el vial.
Este martes, el mandatario autonómico ha vuelto a presentar la reforma de la carretera vieja, en la que la Administración autonómica ha previsto una inversión de casi 10 millones para transformar esta vía autonómica PO-546 en un Eje de Movilidad Sostenible que incluya sendas peatonales y ciclistas y que mejore la seguridad vial del vecindario.
Rueda, que ha estado acompañado por la conselleira de Infraestruturas e Mobilidade, Ethel Vázquez, ha recalcado que con esta actuación se da «un paso muy importante y fundamental para hacer transitable una zona que no el era», recordando que Pontevedra y Marín «siempre estuvieron unidas, pero les faltaba una vía que no fuera solo para vehículos y que contara con seguridad vial».
Con el objetivo de que «los peatones ganen terreno a los vehículos» en esta carretera por la que transitan cada día hasta 5.000 vehículos, se están ejecutando las obras de la primera fase de remodelación de la zona de Estribela. El próximo mes se licitarán las obras para la segunda fase, con una inversión total de 1,35 millones de euros en este tramo.
Además, el presidente autonómico también ha anunciado que en abril se va a licitar el proyecto de ejecución de mejoras en los 3,5 kilómetros que separan Os Praceres y Mollabao.
De este modo, se destinarán casi 6,7 millones de euros a mejorar la seguridad vial con pasos de cebra más seguros y aceras más anchas, se remodelarán paradas de autobús, se habilitarán sendas peatonales y ciclistas y se instalará un mirador y zonas verdes.
A estas actuaciones se suman otras en los tramos urbanos de Marín, con 1,12 millones de euros de inversión, y la instalación de un aparcamiento disuasorio en Pontevedra que tendrá 71 plazas de estacionamiento y al que se destinarán 510.000 euros.
Rueda espera que todas las actuaciones estén finalizadas entre finales de 2024 y el primer trimestre de 2025 para «unir definitivamente» de una manera «humanizada» Pontevedra y Marín.