El Diario Oficial de Galicia (DOG) ha publicado este lunes el decreto de aprobación de las directrices del paisaje, que establece que entrarán en vigor el próximo día 20 de febrero. El documento incluye una serie de recomendaciones y normas obligatorias que tendrán que cumplir los proyectos que se instalen sobre el territorio gallego, tanto por parte de los particulares como de las administraciones públicas.
En concreto, según se desprende del decreto, recogido por Europa Press, tendrán que adecuarse a estas directrices no solo nuevas obras o construcciones nuevas, sino también aquellos planes que se encuentren en tramitación pero que el día 20 todavía no cuenten con la aprobación provisional del organismo correspondiente.
Así, los promotores deberán adaptar los proyectos al decreto, aunque no tendrán que someterlo de nuevo información pública. En cuanto a los planes ya aprobados –provisional o definitivamente– en el momento de entrada en vigor de las directrices, las correspondientes modificaciones se acometerán en la primera revisión del proyecto en cuestión.
En definitiva, estas directrices, que recibieron el visto bueno definitivo del Consello de la Xunta el pasado 29 de diciembre, pretenden «compatibilizar la protección y mejora del paisaje» con «el desarrollo económico de Galicia», tal y como ha resumido el Gobierno gallego en un comunicado.
INSTRUCCIONES Y RECOMENDACIONES
En relación con las normas de cumplimiento obligatorio, la Xunta subraya que las infraestructuras energéticas –tendidos y redes, entre otros– de los nuevos desarrollos urbanísticos deberán ser subterráneas, mientras que los proyectos de alta tensión que atraviesen un Área de Especial Interés Paisajístico (AEIP) tendrán que «calcular» su impacto visual «desde todas las alternativas de trazado».
Asimismo, en las zonas declaradas AEIP tan solo se permitirá la apertura de una cantera o mina «si está rigurosamente justificada y no tiene impacto», tal y como explica la Administración gallega.
Las directrices también ponen «limitaciones» respecto a las plantaciones de especies invasoras como los eucaliptos en los planes forestales, ya que apuesta por «la promoción de medidas» para primar las frondosas autóctonas. También se dará preferencia a estas especies para revegetar elementos de las carreteras como medianas, rotondas y taludes.
En espacios naturales protegidos, la norma será dar prioridad a la regeneración de zonas que sufriesen impactos paisajísticos como incendios, vertidos o similares.
Las infraestructuras y las vías de comunicación también deberán observar criterios de integración. Por ejemplo, los puentes de más de 50 metros deben requerirán un informe en materia de paisaje que dictará el organismo competente.
De igual modo, será obligatorio que las administraciones públicas y los promotores de obras retiren carteles, paneles y demás señalización una vez finalizado el plazo de permanencia que determinen los compromisos adquiridos en su financiación.
En relación con posibles actuaciones en el Camino de Santiago, las directrices indican también que, dentro de las zonas visibles y a menos de 500 metros de cada itinerario, los cambios de actividades agroforestales requerirán de justificación y de un análisis sobre su impacto visual.
CRÍTICAS DE ENTIDADES ECOLOGISTAS
La publicación del decreto en el DOG ya ha provocado la reacción de distintos colectivos ecologistas. En un comunicado conjunto, la Asociación Galega Cova Crea, Ecoloxistas en Accion, la Asociación O Ouriol do Anllóns y la Asociación Ambiental Petón do Lobo advierten que estas directrices contribuirán «a degradar, aún más, los espacios naturales» de la Comunidad.
«La norma parece pensada para que las compañías eólicas, mineras y expoliadoras de recursos naturales puedan implantar sus proyectos especulativos en cualquier lugar del territorio, porque cuando lo hagan ya todo el espacio estará tan fragmentado y degradado que ya no habrá nada que proteger», lamentan.
Además, estos colectivos censuran que el texto «apoye, promueva y favorezca» las plantaciones forestales comerciales, «incluso en las Áreas de Especial Interese Paisaxístico», en vez de «defender» el bosque autóctono.
A modo de ejemplo, las asociaciones ecologistas mencionan el apartado ‘6B_4’ de las directrices, que apuesta por «plantaciones forestales en que se armonice una silvicultura productiva» con «un paisaje de calidad». Al respecto, los colectivos avisan: las plantaciones comerciales «están muy lejos de ser moderadoras ideales de los paisajes».
ANOVA: «SON UN FRAUDE»
Por su parte, Anova-Irmandade Nacionalista ha emitido otro comunicado en el que denuncia que las directrices son «un fraude que desprotege el territorio y sigue dando barra libre» a los parques eólicos «sin ningún criterio racional» ni «planificación».
«El colmo del cinismo es que aplazan las posibles medidas concretas o cualquier zonificación de la implantación de eólicos hasta la revisión de un plan sectorial eólico del año 1997, que sistemáticamente se negaron a revisar durante 12 años cada vez que desde el Parlamento gallego lo demandamos», esgrime el portavoz nacional del partido, Antón Sánchez.
Asimismo, la formación asegura que el PP gobierna «para empresas amigas» y «sin pudor a las puertas giratorias» como el caso de la exconselleira de Medio Ambiente Beatriz Mato –fichó por Greenalia dos años después de dejar la Xunta–, que ahora «se beneficiará» de unas medidas cuyas bases «dejó preparadas».