Galicia necesita un nuevo modelo residencial, consensuado y que supere las carencias y problemas del actual. Es la principal conclusión de los testimonios aportados por parte de representantes de la Xunta y del tejido asociativo en el Parlamento gallego, y que han detallado su experiencia y visión sobre el drama registrado en estos centros durante este año de crisis sanitaria.
La sesión de este viernes de la comisión de reactivación económica, social y cultural de Galicia pola crise del coronavirus ha vivido una sesión intensa en la que se ha abordad desde la visión de familiares de residentes y trabajadores de centros de mayores hasta propuestas y elementos de futuro que marcarán el nuevo modelo residencial, que implicará desde la búsqueda de consenso hasta reformas normativas
El director xeral de Atención Integral Sociosanitaria, Antón Acevedo Prado, incidió en este punto pero desde la convicción de que era «imposible» que las residencias «estuvieran preparadas para lo que vino», pero sin dejar que la experiencia vivida «caiga en saco roto». Es por ello que ha apelado a impulsar un proceso participativo con todos lo sectores implicados, para lograr «el mayor consenso posible».
Los pilares deben partir de la modificación normativa, el aprovechamiento de las nuevas tecnologías, la innovación, la formación continua y lograr una mayor integración con la atención médica primaria y hospitalaria, pero desde la premisa de que las residencias son «las casas» de sus residentes y el lugar en el que transcurre su vida y tienen sus relaciones sociales.
Acevedo Prado ha apelado a la importancia de contar con datos para «no estar trabajando a ciegas». Para ello, la Xunta trabajar junto con la cátedra de epidemiología de la USC para hacer un estudio en el que se aclare lo que pasó en las residencias, las carencias y puntos de mejora y permita localizar los problemas en estos centros.
Tampoco se ha pronunciado sobre el debate del modelo de grandes centros residenciales y ha incidido en que «todos tienen su sitio», buscando un modelo entre todos que sea «aceptable, aceptado y que sea útil», apostando también por la hospitalización a domicilio y «saber donde tratar mejor a cada persona en cada momento», teniendo en cuenta también los niveles de dependencia.
«NADIE FALLA A PROPÓSITO»
No obstante, hizo un llamamiento a la «prudencia» y ha defendido el papel de los profesionales sanitarios y las medidas implantas, puesto que se hicieron protocolos con la «evidencia científica» que había «en ese momento», con aciertos y con errores, que se fueron actualizando y mejorando.
«Todos queremos lo mejor, siempre, nadie falla a propósito. El debate se debe relajar en ese aspecto», ha insistido, apelando a avanzar hacia ese nuevo modelo «sin dejar a nadie atrás», y contando con las familias, con los trabajadores y con todo el sector.
Galicia impulsará, además, cribados semanales a trabajadores y residencias, mediante test de antígenos (menos agresivos) además de PCR, y explorará métodos de prevención de brotes, mediante el análisis de aguas residuales para detectar la presencia del virus en determinadas zonas y que se quiere implantar en estos centros.
El responsable autonómico ha incidido en que las residencias contaban con todos los factores de riesgo (contactos estrechos en lugares cerrados, dificultades de ventilación y de uso de protecciones), y el propio Instituto Robert Koch de Alemania las situó como «el segundo lugar donde más se difunde el virus después de los centros de refugiados».
«Un caso en residencia genera de media 19 secundarios frente uno primario», ha explicado, y la velocidad del virus es «el doble que en otros ámbitos», por lo que se tratan de centros «de elevada complejidad» para controlar la infección. Por ello, ha añadido, la pandemia «arrolló» a la mayoría de países desarrollados en las residencias, incluidos referencias mundiales como Canadá, Suecia, o Escocia.
NO SON «PAVOS DE ENGORDE»
La otra cara de la pandemia, además de la administración, es la de los residentes, los trabajadores de las propias residencias y sus familiares.
Representantes de las plataformas TREGA y REDE han denunciado el drama y las miserias vividas por parte de este colectivo, y las carencias en la gestión por parte de las grandes empresas que se encuentran tras centros privados, y se centraron especialmente en DomusVi y Fundación San Rosendo.
Sonia Jalda, de TREGA, ha advertido de la desatención por la falta de recursos humanos, por la sobrecarga laboral y la ausencia tanto de formación como de protocolos, que terminaron por convertir a los centros en «aparcamiento» de mayores.
En este sentido, ha lamentado la «indefensión» de los trabajadores y la «pésima» calidad del servicio en el «negocio» de los «grandes centros residenciales», donde ni se cumple el convenio ni la ratio de profesionales.
Visiblemente emocionada, Jalda relató la experiencia que viven muchos de estos mayores: son despertados a altas horas de la mañana por contar con poco personal, permanecen desatendidos en un salón, además de registrar problemas derivados por la «carencia de proteínas» y la mala alimentación e hidratación, al ser tratados «como pavos de engorde» (úlceras, problemas físicos, deterioro cognitivo).
La portavoz de TREGA ha insistido en la necesidad de mejorar las inspecciones y la acción supervisora, y ha denunciado las amenazas a trabajadoras por querer sacar a la luz las carencias y problemas en centros residenciales.
NUEVAS QUERELLAS
Paulino Campos, de REDE, también ha coincidido en estos términos, sobre todo en los grandes centros que superan el centenar de plazas pero que cuentan con personal insuficiente para atender a un número tan importante de residentes.
Es por ello que urge impulsar una comisión de seguimiento «que haga visitas periódicas» a los centros públicos y privados, además de una ley de residencias «moderna y rigurosa» que cuente con la participación de todos los agentes implicados.
Campos ha censurado a su vez la gestión de la jefa de Servicio de Inspección de Mayores, Berta Besada, y ha avanzado la presentación de nuevas querellas por parte de familiares debido a la situación vivida en estos centros.
CENTRASE EN LAS PERSONAS
Desde el grupo socialista, Marina Ortega ha incidido en la importancia de contar con un plan y protocolo de evacuación de nuevos positivos, para evitar la infección a otros residentes, además de impulsar un nuevo modelo «ambicioso» y que potencia el cuidado en el entorno más cercano y próximo a sus familiares
Olalla Rodil, del BNG, también ha apelado a esta necesidad y a «reflexionar» sobre las carencias del sistema, que se constatan desde hace años, sobre todo los grandes centros que han registrado «contagios masivos». «Creo que hay que reconocer lo que no se hizo bien, sin alarmismos», ha señalado, para después solucionar los problemas e impulsar un nuevo modelo «de cuidados» y centrado en las «personas»
Finalmente, el diputado popular Pazos Couñago ha insistido en la urgencia de contar con datos que permitan realizar «un análisis ponderado» de lo ocurrido, diferenciando casos por centros públicos y privados, gestionados por empresas o entidades sin ánimo de lucro y de forma comparada. «Sabemos más que hace un mes, pero menos que la semana que viene».
BRONCA
La sesión de este viernes contó a su vez con momentos de tensión durante la intervención del diputado socialista Pablo Arangüena, que fue llamado al orden en dos ocasiones tras denunciar y vincular el negocio residencial con intereses políticos, concretamente de miembros del PP, mientras la Xunta hace «la vista gorda».