Diego es enfermero de Atención Primaria en la Xunta. Adora su trabajo y, sobre todo, estar en el primero escalón de la sanidad pública, cuidando y atendiendo de los que acuden los centros de salud. Lleva trabajando en el Sergas seis años pero su situación laboral no se corresponde en absoluto con la responsabilidad que tiene, que es la de cuidar y salvar vidas.
Él es uno de los medio ciento de personas que están en la que podría ser la peor lista laboral de la Xunta, en el conocido como “pull sanitario”, un sistema de contrato por horas que se aplica entre parte del personal sanitario de la Atención Primaria y de la Atención Especializada. “Somos lo peor de lo peor en la sanidad”, apunta en declaraciones a Galicia Confidencial. “A nosotros se nos contrata por horas, por días y vamos acumulando contratos por días con un máximo de cuatro”, asegura.
Es decir, según este sistema laboral del Gobierno de Feijóo Diego y los compañeros que están en esa lista no pueden disfrutar de más de 4 días de contrato. Esto provocó que a lo largo de seis años de trabajo en el Sergas hubiera firmado más de 600 contratos, algunos de solo dos horas.
VIVIR PEGADO A UN TELÉFONO
Y eso que implica, “pues que a lo largo del mes estamos pendientes del teléfono a las 24 horas y los 30 días del mes”. Es decir, que la disponibilidad de Diego “es total” y, además, a la Xunta, esa disponibilidad le sale “gratis”. Si él no atiende ese teléfono cuando lo llaman o no tiene una razón justificada, sería penalizado y el Sergas podría dejar de llamarlo durante un año.
En este sistema de casi esclavitud laboral aplicada por la propia administración solo cotiza el día que trabaja y lo que trabaja no puntúa para las listas de contratación. Tampoco tiene derecho a paro, ni vacaciones. Uno de los logros que consiguió este colectivo, si se le puede llamar logro, es que no los llamen durante un mes para poder disfrutar de unas vacaciones. Eso sí, son vacaciones no remuneradas y que no pueden cogerse en el período en el que todo el mundo va de vacaciones. “Pero estas vacaciones el único que es son una suspensión de llamamientos. No cobramos, pero no tenemos que estar pendientes del teléfono las 24 horas”, dice.
“Precisamente yo ya te cogí a ti pensando que me llamaban del Sergas”, asegura la este periodista. “Vivimos pegados y pendientes al teléfono”, añade. El otro logro fue este verano; conseguir que los contrataran durante dos meses.
LA “NUEVA ESCLAVITUD”
Y para que utiliza el Sergas a este personal?… para cubrir las peores horas. Así, a Diego y a sus compañeras nos llaman para trabajar un domingo. “Una guardia son 24 horas que son cómo tres turnos de trabajo normales. Pero a nosotros solo nos contrata para trabajar ese domingo como si solo fueran un único turno”, asegura.
“Este es un modelo nuevo de esclavitud. Somos el detrito del personal eventual del Sergas”, critica este joven que no puede saber cuánto va a cobrar al mes. Ahora son 16 los profesionales que están en su situación en la Atención Primaria y 45 en la especializada de un colectivo que llegó a superar las 200 personas.
LUCHANDO CONTRA El CORONAVIRUS
Y pesar de su situación laboral este personal también lucha día a día contra el coronavirus, especialmente, en los primeros días. “Somos los que más mantenemos el sistema. Si una enfermera se ponen enferma al punto pues ya nos llaman a nosotros. Somos imprescindibles”. Pero, curiosamente, desde hace diez días ya no lo llaman. “Esto nunca antes me había pasado porque está todo la sanidad al mínimo”. Y, claro, el Sergas aprovecha la situación.
“Es una manera de reducir contratación y ahorrar dinero. Y se hay bajas, pues no se cobren”, indica, “así tenemos la peor ratio de enfermería por habitante de toda Europa”. Pero, la Xunta eso parece no importarle y, aprovechando la crisis del COVID-19, anunció que en el futuro apostará por la atención telefónica. Otra manera más de ir ahorrando en la sanidad y ahondando la esclavitud laboral de ciertos colectivos.