La tasa turística diseñada por el Ayuntamiento de Santiago en colaboración con la USC, que propone gravar las pernoctaciones en la ciudad con entre 1 y 2,5 euros en función del tipo de establecimiento, plantea un modelo de aplicación en el que la Adminsitración autonómica se encargaría de la recaudación del impuesto para su cesión a los ayuntamientos turistificados que decidan implantarlo.
Así figura en la propuesta formal, que parte de un análisis del fenómeno turístico en Santiago para diseñar un proyecto de ley de creación de la figura de este tributo a nivel gallego, que el gobierno local compostelano encabezado por la regidora, Goretti Sanmartín, ha presentado este jueves en rueda de prensa acompañada por sus autores, los catedráticos de Geografía, Rubén Lois, y de Derecho Tributario, César García; y de la edil de Turismo, Míriam Louzao.
La creación de una tasa turística estaría amparada a nivel legal con una ley autonómica que plantea un modelo en el que la Axencia Tributaria de Galicia (Atriga) se encargaría de su recaudación para su posterior cesión a los ayuntamientos, encargados de gestionar el 95% de lo recabado en sus municipios. El 5% restante iría destinado al fondo autonómico de promoción turística.
Este marco legal permitiría que otros municipios gallegos turistificados –a nivel general, como el caso de Santiago, o de carácter estacional, como las zonas costeras– también puedan aplicar, siempre de forma voluntaria, este gravámen que se limita a las pernoctaciones y que incluye mecanismos de «gobernanza» con los que implicar al sector y a la ciudadanía sobre el destino de los fondos recaudados.
Todo en respuesta, según la alcaldesa, a «un clamor» que percibe en la ciudad compostelana, donde existe una «mayoría» que «reclama» la creación de un impuesto de este tipo enfocado a «reequilibrar» los efectos de la presión turística sobre los residentes en la ciudad. Las estimaciones del gobierno local sitúan en los 3 millones de euros la recaudación anual de la tasa en la capital gallega.
Por ello, ha apelado al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, a acceder a una reunión institucional que, como ha recalcado, el gobierno local solicita desde hace tiempo en la que abordar este asunto para que «no se dilate en el tiempo» e, incluso, pueda desarrollarse para que su aplicación pueda llegar ya en 2025.
«No vamos a perder el tiempo. Hay que tomar decisiones ya», ha aseverado la alcaldesa, que ha defendido que el documento está en manos de la Xunta y del Estado, como partes implicadas en el organismo de sostenibilidad turística.
EL «IMPRESIONANTE» CRECIMIENTO SEGUIRÁ EN AUMENTO
La propuesta legal y administrativa para encajar el nuevo tributo va acompañada de un análisis de la evolución el turismo en Santiago y su efecto sobre la ciudad y sus vecinos tras dos décadas de crecimiento «impresionante» en el número de visitantes, un fenónemo que, en palabras de Lois, «va a seguir en aumento» en los próximos años.
El estudio elaborado por catedrático de la USC pone el foco en que Santiago soporta una presión turítica de 9,5 visitantes por cada habitante, dos puntos por encima de destinos similares a la capital gallega como Granada o Toledo y 5 más que grandes focos del turismo en el Estado como Barcelona o Sevilla.
Este fenómeno de «turistificación» de la ciudad, que afecta más a los residentes en zonas donde «se concentran» los flujos como el casco histórico o el barrio de San Pedro, provoca «la expulsión» de residentes al estar vinculado al incremento de las viviendas turísticas que merman la oferta de alquiler convencional y, además, también obliga a la administración local a un mayor esfuerzo en materia de prestación de servicios en una ciudad que, como ha resaltado Rubén Lois, soporta «el desnivel entre censados y número de usuarios más grande del Estado y uno de los mayores de Europa Occidental».