Los ingresos del 42,4% de las mujeres asalariadas en Galicia no alcanzaron el Salario Mínimo Interprofesional en 2021, mientras que el porcentaje de hombres gallegos que ingresaron menos del SMI fue del 29,1%.
Esta es una de las conclusiones que extrae la CIG en su informe ‘Situación laboral das mulleres en Galiza no ano 2022’, que han presentado con motivo del 8 de Marzo, día para el que han previsto 12 concentraciones por toda la comunidad. En la rueda de prensa celebrada este viernes en Santiago han comparecido la economista Natividade López, responsable del estudio, y la secretaria confederal de mujeres de la CIG, Nicolasa Castro.
En cuanto a ingresos, el informe solo analiza hasta 2021, ya que parte de los datos recabados por la Agencia Tributaria. En la línea con la primera afirmación, si se incluye en los cálculos a aquellas con ingresos iguales al SMI, el peso de las mujeres supera el 56%. Por contra, a partir de ese intervalo, el peso femenino se va reduciendo hasta el tramo de mayores ingresos contabilizado (más de 10 SMI), donde las mujeres solo representan el 17,3%.
Pormenorizadamente, para el 20,7% de las mujeres asalariadas sus ingresos brutos fueron inferiores a los 2.946 euros; mientras que en el mencionado tramo de mayores ingresos, solo se situarían 344 mujeres, el 0,1% del total.
Si bien confirman que la brecha salarial de género se redujo entre 2020 y 2021, lo hizo solo en cuatro décimas, del 19% al 18,6%. Esta reducción, explican, está motivada principalmente por el incremento del SMI, «que beneficia en mayor medida a personas de menores ingresos, habitualmente mujeres».
Explican en el informe que desde hace dos años, la Agencia Tributaria publica un módulo específico (Módulo salarial) en el que, cruzando datos de la agencia tributaria con la Seguridad Social, se estimó un Salario Media Estimado (SME) y que sería lo equivalente a trabajar los 12 meses del año a tiempo completo.
«Si tanto hombres como mujeres trabajásemos los 12 meses del año y a jornada completa, la brecha de género sería solo del 7,7%, por lo que la diferencia hasta el 18,6%, atendiendo a los ingresos reales, solo puede ser debida a las mayores condiciones laborales de precariedad de las mujeres: mayor temporalidad, mayor parcialidad…», justifican.
55% DE LOS CONTRATOS TEMPORALES FEMENINOS, DE MENOS DE UN MES
El estudio analiza también las condiciones de las asalariadas que, tal y como ha señalado Natividad López, refleja los cambios introducidos en la última reforma laboral aplicados en 2022, que incide sobre todo en un descenso de la temporalidad. Una vez más, la reducción es mayor para los hombres que para las mujeres.
«La tasa femenina apenas se redujo en 4,7 puntos porcentuales, mientras que la reducción de la masculina fue de 5,8. Al partir ya de una diferencia importante, esta evolución no hizo más que ampliar la brecha: la tasa de temporalidad femenina es 5,5 puntos superior a la masculina en 2022».
En cuanto a los contratos temporales, el informe recoge que el año pasado el 54,5% de los contratos de este tipo firmados por mujeres tuvieron una duración inferior al mes (en 2021 la cifra era del 43%) y el 35% fueron de una duración inferior a la semana (el año anterior fue el 28,3%).
«A pesar de esta última reforma laboral, en el sector público no se redujo la temporalidad entre las mujeres, que es del 35,3% (con un aumento de 1,8 puntos con respecto a 2021). Además, hay que tener presente que el 59,3% de los trabajadores públicos son mujeres», detallan.
En lo que respecta a las jornadas parciales, en 2022 el 22,5% de las mujeres trabajadoras gallegas tuvieron este tipo de jornada, mientras que poco más del 6% de los hombres firmaron este tipo de contratos. «Las jornadas parciales no solo continúan siendo típicamente femeninas, sino que están muy ligadas a la exigencia de los cuidados», señalan.
Para esta afirmación se basan en los últimos datos de la EPA, donde las mujeres encuestadas afirmaban que, tras el de no encontrar un trabajo a jornada completa, el principal motivo de acogerse a uno parcial era el cuidado de personas dependientes. En el caso de los hombres, el motivo secundario era el seguimiento de cursos de formación.
BRECHA DE GÉNERO TAMBIÉN EN LAS PENSIONES
Natividade López ha puesto el foco también, y respecto a todas las variables analizadas en cuanto a ingresos, en que «el 54,6% de las mujeres ocupadas en Galicia tienen formación superior», algo que «no se refleja ni en las condiciones laborales ni en los ingresos».
De forma más genérica, en cuanto a población ocupada, ha alertado además de que la población extranjera femenina cubre la gran parte de los nuevos puestos de trabajo creados, y de que pese a este impulso de trabajadoras que, «habitualmente son jóvenes», no se frena la tendencia al envejecimiento de la población activa gallega femenina. Y es que el 52% de la población activa femenina tiene más de 45 años, según indican.
Todo esto, concluyen, «repercute a la hora de la jubilación y se plasma en una menor pensión media de las mujeres y en una brecha superior a la salarial». Según el informe, en términos absolutos, la diferencia entre la pensión de una mujer y la de un hombre es de 391,23 euros mensuales. Esta diferencia sitúa la brecha de género de las pensiones en el 34,1%.
Las menores bases de cotización, argumentan, junto con un menor número de años cotizados, explican esta «brecha tan elevada». En la edad próxima a la jubilación, a los 65 años, la diferencia llega a los 10 años y un mes. Las diferencias medias en las bases de cotización fueron de 278 euros en 2020. En las personas de más de 65 años la diferencia es de 524 euros, mientras que en la población de entre 35 y 44 años es de 395 euros mensuales.
MOVILIZACIONES POR EL 8M
La Central Sindical ha aprovechado la presentación del informe para anunciar las 12 movilizaciones que han organizado para reivindicar el 8 de marzo, Día de la Mujer, que este año se realizarán bajo el lema ‘A crise non a imos pagar as traballadoras’.
Entre las 11,00 y las 12,00 horas, las delegadas sindicales se concentrarán en diferentes ubicaciones de A Coruña, A Mariña, Lugo, Santiago, Ferrol, As Pontes, Pontevedra, Vilagarcía, Vigo, Cangas, A Guarda y Ourense.
«La crisis siempre es para los mismos y sirve de coartada para empobrecer a las mujeres trabajadoras y mermar a los servicios públicos, que permiten conciliar la vida familiar y laboral», ha defendido Nicolasa Castro, que ha calificado de «fundamental» la buena calidad de los mismos «para mejorar las condiciones de las mujeres, que somos las que nos ocupamos principalmente de los cuidados».
Además de los argumentos explicitados en el informe, ha incidido en los «efectos negativos de una reforma laboral que carece de perspectiva de género» y en las consecuencias de una posible reforma de las pensiones. «Si se amplía el tiempo de cotización, las consecuencias para las mujeres van a ser gravísimas», lamenta.
En cuanto a la precariedad, ha afeado que el Sergas sea una de las empresas públicas «con una mayor tasa de temporalidad» entre sus trabajadores y, ya como punto positivo, ha recordado que fueron las mujeres las que «lideraron» este año los conflictos laborales «más importantes del país», como las del Servizo de Axuda no Fogar o las trabajadoras de la industria conservera.