El Diario Oficial de Galicia (DOG) publicará este vienes el proceso para licitar el contrato de las obras de restauración ambiental de la explotación minera de Monte Neme, que abarca los ayuntamientos de Malpica y Carballo (A Coruña), por importe de 1,6 millones.
La actuación, que gestiona la Consellería de Economía e Industria a través de la Dirección Xeral de Planificación Enerxética e Minas, contempla la recuperación del suelo y de las aguas que rodean este emplazamiento minero para recuperar su biodiversidad y transformarlo en un sumidero natural de carbono.
En concreto, conforme ha detallado la Xunta en un comunicado, se hará una demolición de las estructuras de hormigón y diferentes operaciones de relleno y saneado para garantizar la estabilidad del terreno y modificar las pendientes. Además, se eliminarán las acumulaciones de agua mediante un tubo de drenaje y se plantarán arbustos y especies herbáceas para crear una cubierta vegetal por todo el entorno.
Las obras, financiadas con fondos procedentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia Next Generation, tendrán un plazo de ejecución de nueve meses y se prevé que empiecen a partir del mes de septiembre con el objetivo de que estén finalizadas en junio del próximo año.
La Xunta ha explicado que la actuación se enmarca en uno de los objetivos de la Axenda Galega de Minería Sostible 2030, que recoge en su conjunto de medidas la recuperación ambiental de antiguos emplazamientos mineros en línea con el compromiso de la Xunta con la sostenibilidad en el sector.
Con este fin, Galicia presentó varios proyectos para optar a los fondos Next Generation por un total de 3,5 millones de euros, entre los que figura Monte Neme.
La Xunta ha destacado que lleva invertido desde 2014 más de 250.000 euros en labores de mantenimiento y seguridad en este espacio.
Precisamente en 2014 la ruptura de una de las balsas de la cantera abandonada situada en Monte Neme provocó un vertido de miles de metros cúbicos de agua sobre las localidades de Razo da Costa (Carballo) y Aviño (Malpica).
Posteriormente, en 2019, la intoxicación de varios instagramers por bañarse en estas balsas provocó el debate sobre el estado de conservación del enclave y la necesidad de restringir los accesos.