La Federación Ecoloxista Galega (FEG) lanza este viernes, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, una batería de propuestas para que los partidos que concurren a las elecciones gallegas del 12 de julio las incorporen a sus programas. Entre ellas, sugiere «abandonar el carbón», una reforma fiscal «verde» y una «nueva cultura del agua».
A través de un comunicado, esta Federación, que agrupa varias entidades ecologistas y naturalistas, explica que sus iniciativas buscan un «cambio en la gestión pública hacia un modelo más ecológico y sostenible» en la Comunidad gallega.
Además de reducir el consumo de energía, la FEG propone «descarbonizar el transporte» con «menos vías de alta capacidad» y «más tren de proximidad» y aplicar una ordenación del territorio que «limite drásticamente el crecimiento urbanístico y defender la costa».
Asimismo, los ecologistas sugieren «ordenar la industria extractiva con criterios sociales y ambientales», defender la «soberanía alimentaria» de Galicia apostando por un rural y un sector marino «vivos», una «nueva cultura del agua» y trabajar en «ecofeminismo».
En el ámbito de los desechos, proponen abandonar «el modelo basado en la incineración y el vertedero» y, por tanto, «cerrar» la Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama) para «promover la reducción, la reutilización y el compostaje» de los residuos urbanos.
Todos estos puntos buscan, incide la FEG, contrarrestar el «agotamiento» de los recursos naturales y el «incremento de las desigualdades sociales», que «son de tal magnitud que el futuro gobierno de Galicia se enfrenta al enorme reto de promover un cambio radical en los diferentes campos de gestión pública».
«Ahora más que nunca, tras la experiencia vivida por la situación de alarma sanitaria derivada de la COVID-19, debemos ser conscientes y actuar en consecuencia por el cuidado de nuestro entorno», apostilla la Federación Ecoloxista Galega.
ELIMINAR EL PLOMO DE LA CAZA
Por otra parte, la Fundación Franz Weber considera que Galicia «tiene muy poco que celebrar y una profunda reflexión pendiente» sobre las políticas públicas «que están permitiendo el envenenamiento sistemático de la biodiversidad y sus ecosistemas a causa de actividades humanas», entre las que menciona especialmente a la caza.
De acuerdo con cifras de esta ONG animalista, las temporadas de caza de los últimos cuatro años dejaron 11,2 millones de disparos –80 detonaciones por cazador y año–, lo que se corresponde con 425 toneladas de plomo vertidas en los montes.
Así, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, la Fundación Franz Weber reclama «amplitud de miras para dar carpetazo» al plomo, que «causa miles de muertes al año, de aves y depredadores o carroñeros», lo cual es «perfectamente evitable» si este elemento se elimina de los cartuchos.