El comité clínico se sentará este martes con el foco en la situación de Sarria (Lugo), pendiente de un cribado a más de 500 vecinos que será determinante para decidir si se convierte o no en el primer municipio gallego que regresa al nivel máximo de alerta, y sobre todo la situación del área sanitaria de Pontevedra a raíz del ‘megabrote’ asociado a viajes de fin de curso a Baleares.
Así lo ha ratificado a Europa Press el doctor Sergio Vázquez, miembro del órgano sanitario que asesora a la Xunta desde el principio de la pandemia, quien ha explicado que, dentro de la provincia, la «preocupación», tras los últimos datos de contagios vinculados con el brote balear, se centra en concreto en el área sanitaria de Pontevedra.
Precisamente, los últimos datos de sanidad, que sitúan por encima del centenar los casos positivos registrados en Galicia ligados con este brote, ubica en la provincia de Pontevedra 89 (y de ellos, nueve en Vigo) tras sumar los casos secundarios (de otras personas que han sido contagiadas por estudiantes que llegaron de Mallorca).
En Lugo y Ourense también se han constatado casos, pero en menor medida, y para este martes está previsto un cribado a 90 estudiantes que viajan desde Mallorca en cuanto lleguen al aeropuerto.
El propio conselleiro, Julio García Comesaña, incidió en que hay que esperar a los datos más recientes y a ver cómo se han extendido los casos para determinar qué medidas se toman, de adoptarse, y si afectan a toda la provincia o a áreas concretas. El doctor Vázquez, por su parte, ha apuntado con especial intensidad al área sanitaria pontevedresa.
En todo caso, aunque se ha mostrado prudente, puesto que los datos del fin de semana no permiten una panorámica completa y serán claves los que trasciendan en la jornada de este martes, se ha mostrado convencido de que, con las cifras que hay encima de la mesa en este momento «como mucho» se escalaría en nivel de restricciones de medio bajo a medio.
Ha añadido que, pese a la evolución registrada en A Coruña, por ejemplo, que también es significativa, Pontevedra es, dentro de las capitales de provincia, la que más preocupa. «En A Coruña siempre nos ha costado más bajar, pero hay subidas y bajadas, es una situación distinta», ha reflexionado.
Y es que el problema reside en que, al margen del número de casos, en el caso del brote asociado a los viajes de fin de curso en Mallorca interviene la variante delta, cuyo nivel de contagio es «muy alto». De hecho, ha incidido en la importancia de tener en cuenta que hay miembros del colectivo de edad de 60 a 69 que fueron vacunados con una primera dosis de AstraZeneca y no han completado su pauta.
PRUDENCIA Y CUMPLIR LAS MEDIDAS
En esta coyuntura, el doctor Sergio Vázquez ha apelado a actuar de forma «prudente», con el foco sobre todo en los jóvenes, si bien, preguntado por la apertura del ocio nocturno prevista para el 1 de julio en esta coyuntura, ha trasladado que «lo importante es cumplir las medidas de seguridad».
Al respecto de esta reflexión, ha trasladado que los últimos brotes registrados en Galicia evidencian que el problema no está tanto «en los locales en los que hay control», sino en comidas o en otro tipo de prácticas como el ‘botellón’, que está prohibido.
Precisamente, este mismo lunes se ha informado de un brote con 10 positivos en Chantada (Lugo) a raíz de una comida de amigos. El de Sarria, que roza la treintena de casos, tuvo su origen en una comida familiar.
«Hay que hacer un llamamiento a la responsabilidad y recordar sobre todo a los jóvenes, que muchas veces son asintomáticos, que la variante delta es muy contagiosa», ha apelado el doctor Vázquez.
SARRIA TAMBIÉN EN EL FOCO
Al margen del área de Pontevedra, el experto ha admitido que la situación de Sarria (Lugo) también estará bajo la lupa. En este caso, se decidió el pasado viernes elevar a nivel alto sus restricciones, y será determinante el cribado realizado este lunes –tanto en cantidad como en la definición de los nuevos casos, si lo hay– para decidir si se da un paso más y la lucense se convierte en la primera localidad gallega que, avanzada la desescalada, regresa a nivel máximo.
El nivel máximo de restricciones en Galicia conlleva pasos duros como el cierre perimetral –que requeriría aval judicial–, restricciones más duras en actividades como la hostelería y también otro tipo de pasos como la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores, con independencia de que se pueda mantener la distancia de seguridad.