La Valedora do Pobo, María Dolores Fernández Galiño, se ha sumado este miércoles a un acto promovido por la Plataforma de Organizaciones de Infancia de Galicia (Poig). Allí, una representante de la plataforma ha alertado de que solo se denuncian en torno a un 10 o 15% de los casos de violencia contra niños y adolescentes.
Durante la jornada, que ha tenido lugar en la sede de la Valedora en Santiago, también han participado dos representantes del Consello Autonómico de Participación Infantil e Adolescente (Caia), la presidente de la Poig, Mónica Viqueira, y la coordinadora de la Asociación Amino, Bibiana Araújo.
El acto ha estado centrado en la violencia que se ejerce contra la infancia y se ha expuesto la necesidad de poner el foco en la «necesaria instauración total» de la Lei Orgánica de protección integral á infancia e a adolescencia fronte á violencia (Lopivi) con las «garantías suficientes» para establecer espacios «seguros y libres de violencia».
En este sentido, dos representantes del Consello Autonómico de Participación Infantil e Adolescente han reclamado que los adolescentes «no son seres sin pensamiento crítico», por lo que han reivindicado su papel como «agentes activos».
Durante su intervención, han aprovechado para poner en evidencia que los jóvenes «no son capaces de reconocer situaciones de violencia» y que tampoco saben «a quién pueden acudir para denunciarlas».
Asimismo, han incidido en la necesidad de que los jóvenes «conozcan sus derechos» y han compartido varias propuestas con las entidades presentes en la jornada de este miércoles para revertir el acoso. Por ejemplo con la creación de cursos obligatorios para acosadores y sus familias, la unificación de protocolos o presentar al inicio de curso a la figura del coordinador de bienestar, entre otras.
En este contexto, el acto se ha enmarcado en las acciones puestas en marcha por la Poig con motivo del Día Universal de la Infancia, en el que se conmemora el aniversario de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959), así como la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989).
Con todo, la Convención, «la más universal de los tratados universales», establece una serie de derechos para los niños, incluidos los relativos a la vida, la salud y la educación, así como el derecho «a jugar, a la vida familiar, a la protección ante la violencia y la discriminación».