El director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), Carlos Diéguez, de la Universidade de Santiago, ha propuesto una serie de medidas para luchar contra la obesidad en España, como menús escolares «equilibrados» controlados por nutricionistas, educación alimentaria «integral» para padres e hijos, más horas de educación física en los colegios, oferta deportiva pública para combatir el sedentarismo o proyectos ‘de salud’ en entornos profesionales y de ocio.
«Son ejemplos de actuaciones que pueden y deben acometerse con los recursos humanos, técnicos y económicos necesarios. Urge que las autoridades se pongan manos a la obra para frenar y revertir la epidemia de obesidad con actuaciones y medidas concretas. Basta ya de atribuir la obesidad a un problema estético o coyuntural, y urge abordarla como una enfermedad», ha reclamado este experto con motivo del Día Mundial contra la Obesidad, que se celebra este martes, 12 de noviembre.
Ante el problema de obesidad y sobrepeso en España, que afecta hasta al 25 por ciento de la población, Diéguez –catedrático de Fisiología de la USC y director del Centro de Investigaciones en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CIMUS)– ha reclamado «tomar medidas desde todos los estamentos implicados y hacerlo desde ya». «Políticos, educadores, médicos, investigadores, industria alimentaria y agentes sociales en general deberemos trabajar coordinados para revertir esta realidad de proporciones epidémicas», ha defendido.
En cuanto a la población infantil y juvenil, España, con más de un 30 por ciento de niños entre 7 y 13 años con sobrepeso, ocupa el quinto puesto de Europa. Hoy hay diez veces más de niñas y doce veces más de niños de 5 a 19 años que sufren obesidad que en 1975, según subraya Unicef en su informe ‘Estado Mundial de la Infancia’. En el año 2000, el sobrepeso alcanzaba a uno de cada diez jóvenes, ahora a uno de cada cinco.
El experto, sin embargo, ve algunos ‘pros’ en la situación española para plantarle cara a la obesidad, como el «talento investigador, la calidad asistencial de excelencia o los alimentos saludables y accesibles», pero ve «necesario» que «exista voluntad política y empresarial y recursos suficientes para lograr contener y ‘adelgazar’ los números de la obesidad». «Que las instituciones públicas, apoyadas por y en otros organismos, tomen conciencia del problema de la obesidad y destinen fondos para erradicarla es esencial en la sociedad actual», ha esgrimido.
LA OBESIDAD EN ESPAÑA
Según un estudio del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) de Barcelona publicado en enero de este año, en España podría haber un 80 por ciento de hombres y un 55 por ciento de mujeres obesos. Para Diéguez, este es «un pronóstico aterrador». «Nos asustan los datos, especialmente por la velocidad de los números en estos últimos años. Aunque, hemos de reconocerlo, no nos sorprenden», ha comentado.
En este sentido, ha lamentado que los países mediterráneos como Grecia, Malta, Italia y España «tienden a abandonar la dieta propia, de proximidad, de temporada y rica en nutrientes», lo que a su juicio «conlleva un crecimiento sensible pero imparable de la obesidad desde 1990».
«La obesidad, como epidemia y como enfermedad de enfermedades, es una realidad a la que nos enfrentamos desde hace tiempo y que, lejos de detenerse, avanza peligrosamente hasta amenazar nuestro sistema universal de salud con un importante aumento del gasto sanitario para paliar los problemas derivados de ella», ha alertado.
En 2016, se destinaron a esta causa 1.950 millones de euros y, si la evolución actual se mantiene, la cifra podría superar los 3.000 millones en los próximos 12 años. «El ritmo de crecimiento de esta enfermedad, responsable de más de 100.000 muertes al año, es ya muy parecido al de Estados Unidos, el más obeso del mundo», ha agregado Diéguez al respecto.
LOS ‘COSTES INDIRECTOS’ DE LA OBESIDAD
El director científico del CIBEROBN ha recordado que la obesidad «se encuentra en el origen de otras muchas patologías que atentan contra la salud». «Problemas cardiovasculares, de hipertensión arterial, respiratorios, músculo-esqueléticos, infertilidad, etcétera tienen una conexión directa con ella. Se ha documentado, por ejemplo, que la obesidad se relaciona con hasta 13 tipos de cáncer (mama, endometrio y colon los más comunes)», ha expuesto.
Por otra parte, ha aludido a los trastornos mentales o estados depresivos de diferente magnitud derivados de un elevado peso; y de conducta alimentaria como la anorexia nerviosa o bulimia, «cuyo centro de impacto está en la relación con la comida y las grandes oscilaciones de peso corporal».
«La obesidad constituye un serio problema de salud pública y está asociada a un mayor riesgo de sufrir comorbilidades. Esto implica costes directos e indirectos sustanciales que suponen una gran presión para el sistema sanitario en su conjunto. Especialmente grave resulta en el caso de los niños, con un nivel de prevalencia muy elevado y que ha continuado creciendo en la última década. Los niños obesos tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta (hasta en el 83% de los casos) y tienen más probabilidades de padecer, desde muy temprano, enfermedades asociadas a la obesidad como diabetes tipo 2 o hipertensión arterial, claramente impropias de su edad», ha resumido.
Por último, Diéguez ha abordado cuál debe ser el papel de la investigación para luchar contra la obesidad: «Nuestra misión trata de abrir líneas de estudio, básicas y clínicas, y de activar programas que aborden la obesidad desde una perspectiva multifactorial e interdisciplinar a gran escala».
«Que el aceite de oliva virgen, las legumbres, verduras, cereales o los frutos secos son cardiosaludables y que seguir un patrón de dieta mediterránea (o de proximidad, como la atlántica) es bueno para nuestra salud, está instalado en la opinión pública. No tenemos que convencer de esto, pero sí seguir demostrando científicamente, con datos, e incorporando a las guías nutricionales de países como Estados Unidos o Australia, que es así», ha concluido.