La poetisa gallega Yolanda Castaño ha presentado este lunes su ensayo ‘Economía e poesía; rimas internas’, ganador del Premio Ramón Piñeiro de Ensaio 2023, donde abre un debate sobre la «dignificación» de los oficios creativos y explora un sistema en el que ve «profundas desigualdades y algunas carencias estructurales y sistémicas».

La autora ha estado acompañada esta mañana por el secretario xeral da Lingua de la Xunta de Galicia, Valentín García, el director xeral de la Editorial Galaxia, Xosé Manuel Soutullo; y José Antonio Menéndez, de Caixa Rural — que colabora con la iniciativa –.

Yolanda Castaño se ha confesado «feliz y agradecida» de que su primera incursión en el ensayo haya cosechado un premio «de tanto prestigio» como el Ramón Piñeiro y, en referencia a la ‘polémica’ que ha generado su libro y que se ha comentado durante la presentación, ha señalado lo «curioso» que resulta que salte con la defensa «de un cierto tipo de derechos, de un cierto tipo de trabajadores».

«Lo que pretendí fue abrir un debate, que nos sentemos a conversar sobre un asunto sobre el que había, creo, un tupido velo que ya tocaba descorrer para ser mucho más transparentes y acercar posturas con respecto al debate», ha explicado.

Lo que se ha encontrado la autora durante el proceso de documentación y escritura de esta obra, ha señalado, es un sistema de «profundas desigualdades», con defectos «estructurales y sistémicos» que afectan al centro de la cadena de valor, que es el libro.

Y es que, ha reflexionado Castaño, queda «patente» que pueden vivir del libro, editoriales, librerías y distribuidoras, pero al autor, «única parte imprescindible del libro», recibe en muchas ocasiones «monedas simbólicas»: visibilidad, prestigio, reconocimiento y hasta cariño. «Pero esas monedas simbólicas no acaban de cotizar en el sistema económico en el que estamos obligados a convivir», ha puntualizado.

«LA PROFESIONALIZACIÓN, EL HORIZONTE MÁS DESEABLE»

Este «desajuste», ha continuado, puede llegar a provocar una brecha de clase. «Si dejamos la literatura exclusivamente en manos de quien se puede permitir no recibir la más mínima remuneración a cambio, acabaremos dejando fuera probablemente a muchas voces interesantes, aunque sean incómodas», ha augurado.

Por ello, el camino de la profesionalización debería ser el horizonte «más deseable posible» y el «más accesible». «Si el carácter profesional no resta crédito a un músico porque viva de eso, o a una pintora, no tiene que levantar suspicacias en el caso de una escritora», ha defendido.

La obra, ha comentado, es fruto de reflexiones, ideas y comentarios de más de 20 años, un tiempo que le ha servido como estrategia narrativa para analizar la evolución del sistema en las últimas décadas, con cambios «muy positivos».

Con todo, insiste en que esa evolución «permite ser más críticos con el pasado y también mantener las expectativas y las esperanzas para el futuro». «Pero sí que se constata una evolución y un progreso. De hecho el libro, para mí, tiene un final feliz. Hoy en día nadie me llama de ningún espacio para una colaboración gratuita, algo que sí ocurría al principio de mi carrera», ha señalado.

Yolanda Castaño ha destacado también que la reflexión no tiene que aludir solo a los escritores, sino también a otros oficios creativos y culturales de todo tipo y ha remarcado el «excelente» momento que vive la literatura gallega.

«TENEMOS LA MADUREZ SUFICIENTE PARA ABORDAR ESTA CUESTIÓN»

En esta misma línea se ha expresado Valentín García, que ha subrayado «el momento de madurez y de esplendor» que vive el sistema literario gallego, por lo que es momento de abordar este tipo de cuestiones. «Tenemos la madurez suficiente para poder abordar con sosiego y con tranquilidad temas como este», ha insistido.

«Tampoco me gustan las polémicas, pero es verdad que las polémicas son muchas veces las que hacen mover el mundo», ha incidido, destacando además la riqueza del acervo cultural gallego, «ya no solo como ejercicio de creación literaria, sino como un ejercicio de pensamiento, una guía de cómo actuar, de qué diálogos abrir para mejorar el proceso de creación».

Por su parte, Soutullo ha rechazado utilizar la palabra ‘polémica’ para referirse a la obra, ya que «siempre tiene un aspecto divisivo, incluso agresivo». «Las partes que polemizan siempre tienen una postura cerrada y poco abierta para escuchar a la otra y en este caso, en cambio, se abre para el debate y para la reflexión y sí que permite entenderse y aproximarse», ha afirmado.

Así, ha dado la enhorabuena a Yolanda, esperando que el debate sea «eficaz» para la cultura gallega y ha agradecido también a las entidades colaboradoras (Xunta de Galicia y Caixa Rural) su apoyo para la continuación de la celebración del premio.

Precisamente, el representante de Caixa Rural también ha destacado lo «interesante» de la reflexión que plantea Castaño y ha subrayado que seguirán apoyando este tipo de iniciativas, que se «alinean perfectamente» con la función social de la entidad, iniciativas que «pueden mejorar un poco el medio económico-social» de Galicia».