El conselleiro de Educación, Román Rodríguez, ha advertido que la organización para el próximo curso está pendiente de cerrar, por lo que se adoptarán las decisiones que correspondan y se hará «lo que sea razonable» en aquellos centros en los que caiga el número de alumnos. En todo caso, ha defendido que no hay «una correlación directa» con que suponga reducir el número de profesores.
Así lo ha trasladado, en declaraciones a los medios en la visita al CEIP Fontiñas en Santiago, tras ser preguntado por el riesgo de algunos centros educativos de perder alguna unidad debido a la caída de las matrículas. En concreto, fue consultado por la situación de algunos colegios compostelanos, como es el caso del López Ferreiro.
Preguntado acerca de qué opciones baraja la Xunta para colegios en esta situación, el conselleiro ha respondido que Galicia se enfrenta «a un problema estructural» debido a que hay «una reducción grandísima de la natalidad». Una casuística que afecta, ha agregado, no solo a la Comunidad, sino al conjunto del noroeste peninsular.
En todo caso, ha avisado de que es «muy prematuro» hablar de qué pasos dará la Administración en los centros con caída muy acusada de estudiantes, ya que se está «en el inicio de un proceso que acaba en junio». «Se evaluará con los datos definitivos y se hará lo más razonable», ha apostillado.
Dicho esto, ha esgrimido que «la parte positiva» de esta situación es que las familias, salvo casos «puntuales», pueden elegir el centro.
También ha advertido que no hay «una correlación automática y directa» con el recorte de profesorado. No en vano, ha incidido que, pese a que el descenso en la matrícula es habitual en los últimos años, ha «aumentado» el profesorado para redes específicas, en el ámbito de la Formación Profesional, o atención a la diversidad.
CONTROL DE LAS INFRAESTRUCTURAS
Preguntado sobre el control del estado de las infraestructuras educativas, a raíz de la reciente caída de un muro exterior de un centro concertado en Ourense, el conselleiro ha respondido que los directores y los técnicos del departamento se encargan de velar por el buen estado de las mismas.
Dicho esto, ha puntualizado que en el último caso de Ourense, que fue «muy espectactular», lo sucedido se debió a la «mala praxis» en el ámbito de una obra municipal de abastecimiento, que provocó la rotura de una cañería y psoterior derrumbe del muro.