Los resultados del Instituto Nacional de Toxicología tras los análisis de muestras recogidas al cadáver de Déborah Fernández-Cervera han confirmado la presencia de ADN masculino en una de sus uñas.
Así lo ha confirmado la familia de la joven, que apareció muerta en una cuneta de O Rosal (Pontevedra) en mayo de 2002, unos días después de haber desaparecido cuando hacía deporte cerca de su casa en Vigo.
La familia también ha avanzado que solicitará la ampliación de esta prueba pericial para «intentar determinar los marcadores genéticos hallados».
Por otra parte, con respecto al pelo hallado tras la exhumación del cuerpo de la chica, los estudios de toxicología han determinado que se trata de una fibra de PVDC, material empleado para el envasado de alimentos, entre otros usos. «Lo que demuestra una vez más la negligencia de la autopsia inicial», ha lamentado la familia.
Asimismo, han confirmado que, en la inspección de un vehículo que perteneció al exnovio de Déborah, realizada el pasado mes de septiembre, han sido halladas «gran cantidad de muestras biológicas humanas y de animales», lo que «choca frontalmente» con los resultados de la inspección de 2010, en la que no se encontró «absolutamente nada» porque se hizo «una limpieza exhaustiva» de ese coche.
Finalmente, también han recordado que otra de las pruebas, el análisis del ordenador de Déborah, ha puesto de manifiesto que el disco duro del aparato fue «manipulado», aunque la familia sigue pendiente del informe definitivo al respecto, que los peritos presentarán en próximas fechas.
COMPARECENCIA DEL ÚNICO INVESTIGADO
Los resultados del Instituto Nacional de Toxicología se han dado a conocer en vísperas de la declaración del único investigado por la desaparición y muerte de la joven viguesa, su expareja, que comparecerá este viernes en el juzgado de instrucción número 2 de Tui.
La citación como investigado de quien la policía llegó a apuntar como principal sospechoso se produce a las puertas de que el caso prescibiese (en mayo de este año), aunque esa citación ha paralizado los plazos.
Este hombre fue citado inicialmente para el 21 de febrero, después de que la Audiencia Provincial de Pontevedra estimase un recurso de la familia de Déborah contra la negativa del juzgado de instrucción a llamarlo a declarar. Finalmente, a petición del propio letrado del investigado, su comparecencia ha quedado pospuesta para este 11 de marzo cuando, por primera vez, esta persona comparecerá ante un tribunal en relación con este crimen.
CASI 20 AÑOS DESDE LA APARICIÓN DEL CADÁVER
Déborah Fernández-Cervera desapareció en 2002, cuando tenía 21 años de edad, después de salir de su casa para hacer deporte. Su cadáver fue localizado diez días después, rodeado de pistas falsas, en una cuneta de O Rosal, y nunca hubo nadie detenido ni formalmente investigado, hasta ahora, por este crimen.
El caso se archivó pero, a finales de 2019, fue reabierto y se han hecho varias diligencias periciales y declaraciones de testigos. Además, en mayo de 2021 se exhumó el cadáver de la joven para hacerle pruebas de ADN.
En los últimos meses también se examinó el coche del principal sospechoso y diferentes pertenencias del mismo. Así, entre otros hallazgos, fueron localizadas unas fibras bajo las uñas de la chica que coincidían con la tela de una manta que perteneció al sospechoso (si bien eran unas fibras muy comunes y el hallazgo no se consideró determinante), y los análisis de la empresa Lazarus llevaron a la conclusión de que el ordenador de Déborah había sido manipulado.