El astillero vigués Barreras prevé realizar «de inmediato» los pagos pendientes a los proveedores e industria auxiliar que participaron en el proyecto del Evrima, el crucero de lujo contratado por Ritz Carlton, toda vez que la subvención aprobada a principios de agosto por el Gobierno (para compensar la diferencia en los tipos de interés de una línea de crédito de Caixabank) ya está a disposición de la empresa.
Fuentes del astillero han confirmado que «la totalidad» del dinero ingresado por esa ayuda (de la que no han concretado la cantidad, aunque serían menos de los 23 millones fijados en el Real Decreto) se destinará al pago de la deuda con los proveedores de ese barco. La industria auxiliar estimaba que esos pagos pendientes sumarían unos 20 millones de euros.
Mientras, Barreras ha iniciado ya la cuenta atrás para buscar comprador, con la distribución de su ‘cuaderno de venta’ entre decenas de empresas y potenciales inversores «tanto nacionales como internacionales». Según ha podido saber Europa Press, los contactos se han establecido «sobre todo con astilleros» y empresas vinculadas a la construcción naval, aunque también se ha trasladado ese documento de venta a firmas relacionadas con la eólica ‘offshore’.
El próximo paso será que los inversores interesados remitan a Barreras sus ‘manifiestos de interés’ y se firmen las denominadas ‘cartas de confidencialidad’. A partir de ahí, las empresas que quieran hacerse con el astillero vigués deberán presentar «ofertas indicativas» y, entre ellas, se hará una selección «priorizando el plan industrial».
En una fase posterior, cuando se hayan identificado las mejores candidaturas, se abrirá un proceso de auditoría (‘due diligence’) y las empresas deberán presentar ya las «ofertas vinculantes».
«NINGÚN PRECIO» EN EL CUADERNO DE VENTA
Fuentes del astillero han precisado que, en el cuaderno de venta distribuido entre los potenciales compradores «no se ha fijado ningún precio» por Barreras.
En todo caso, el sector da por hecho que esa cifra será simbólica, teniendo en cuenta las «cargas» que pesan sobre la empresa viguesa (deudas pendientes, patrimonio negativo y litigios iniciados por Havila y Armas, por proyectos que no se llegaron a finalizar). Además, el precio variará en función de si los inversores se quedan con Barreras y con sus contingencias, o si solo están interesados en la unidad productiva.
La empresa, que ahora está gestionada por el fondo Kroll, se encuentra sin actividad desde que el Evrima abandonó su grada en la pasada primavera. De hecho, la práctica totalidad de su plantilla está afectada por un ERTE que se aprobó el pasado mes de julio (solo con el respaldo del sindicato UGT).