La Guardia Civil ha imputado en calidad de investigado en la localidad lucense de Ribadeo (Lugo) a un hombre como presunto autor de un delito contra la flora y la fauna por colocar cebos envenenados que causaron la muerte de varios animales.
Según ha informado el Instituto Armado, el pasado mes de abril se tuvo conocimiento de que una vecina de la localidad de Ribadeo sospechaba de que la reciente muerte de uno de sus perros «podría tener relación con la ingestión de cebos envenenados».
Los hechos tuvieron lugar en las inmediaciones de una zona conocida como A Regueira, donde la alertante soltó a sus dos cánidos de la correa para que corran por la zona antes de regresar a casa, y al cabo de unas horas observó que uno de ellos parecía estar enfermo.
Así, «visto que el estado del animal empeora decide llevarlo al centro veterinario de Ribadeo, donde les informan que presenta síntomas de envenenamiento y que se encuentra en estado muy grave». Unas horas más tarde el perro murió en la propia clínica, motivo por el cual decidieron informar de lo ocurrido a la Guardia Civil.
Por ello, se inició una investigación en el marco de la que se inspeccionó la zona y, tras varias jornadas de búsqueda infructuosa, hallaron los cebos, «colocados en una finca de unas seis hectáreas de terreno», concretan las mismas fuentes.
MONTONES DE MAÍZ
La Benemérita ha detallado que se trata de 22 montones de maíz «impregnados en algún tipo de sustancia líquida» y, al lado de estos, «trozos de una sustancia pastosa, similar al tocino de cerdo, mezclada con granos de maíz». Además, encontraron en las inmediaciones los restos de varios cuervos fallecidos, dos de ellos recientemente.
Por ello, se procedió a la recogida de muestras para su análisis y contactaron con el Servicio de agentes de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia para su remisión al laboratorio.
Fruto de las pesquisas efectuadas se identificó al presunto autor, el cual manifestó que el mismo había fabricado los cebos macerando maíz en un producto fitosanitario durante una noche y que luego los había colocado por la parcela. Se le informó de que la supuesta ingestión de los cebos envenenados que él ha colocado ha causado supuestamente la muerte de un perro y varias aves, han destacado las mismas fuentes.
CUERVOS MUERTOS
Tras la recepción de los resultados de las analíticas y necropsias practicadas, ha quedado acreditada la muerte de los cuervos por envenenamiento. Los agentes localizaron, además, restos del mismo principio activo tanto en los cebos como en los cadáveres de los animales.
No así en el caso del perro, donde el resultado de las analíticas «no revela la existencia de ningún veneno», puntualizan las mismas fuentes, si bien el veterinario que atendió al animal «encontró síntomas inequívocos de envenenamiento previos a su fallecimiento».
La persona investigada en relación con estos hechos ha sido puesta a disposición judicial.