El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha enfriado este lunes la posibilidad de impulsar una reforma del Estatuto de Autonomía de Galicia, como han vuelto a reivindicar BNG y PSdeG coincidiendo con la jornada en la que el Parlamento gallego conmemora el 40 aniversario de la promulgación de la carta estatutaria autonómica. Y es que bajo su punto de vista –ha extendido su reflexión a la Constitución–, hay que ser «cuidadosos» a la hora de «derogar» lo que «funciona» y genera acuerdo.
«Hay que ser extremadamente cuidadosos a la hora de derogar, aunque sea parcialmente, lo que funciona y suscita un acuerdo generalizado en la inmensa mayoría de la población», ha sentenciado Feijóo, en la clausura de la jornada conmemorativa del 40 aniversario de la promulgación del Estatuto, ante los líderes del BNG, Ana Pontón, y PSdeG, Gonzalo Caballero, además de varios miembros de su Ejecutivo, y otras autoridades autonómicas.
Precedido en su intervención por el jefe del Legislativo gallego, Miguel Santalices, y después de una jornada en la que dos mesas de debate analizaron el texto legislativo desde las perspectivas jurídica y de los medios de comunicación, el presidente ha enfriado una posible reforma estatutaria a la que, en todo caso, ya había avanzado su rechazo el PPdeG por considerar que no supone una prioridad en el actual contexto marcado por la pandemia.
Más allá, Feijóo ha proclamado que «ningún Estatuto o Constitución son una solución mágica y perenne, sino caminos por los que transitar de forma segura». «Y Galicia camina segura por ellos. Y estoy convencido de que estos 40 años ya no serán una excepción», ha sentenciado.
«Y no debemos olvidar que ese proceso que sume en la incertidumbre a una de las comunidades que antaño fue la vanguardia de España, se inicia con una reforma estatutaria precipitada y frustrante», ha añadido, con el foco en Cataluña.
LA RUPTURA SOCIAL, EL «PEOR PECADO»
Lo ha hecho en una intervención, ha identificado el autogobierno gallego con «la historia de un éxito» y ha añadido que también lo es «la España de las Autonomías, ese fantástico invento híbrido que obligó a especialistas a realizar notables esfuerzos teóricos».
De nuevo frente a lo ocurrido en otros territorios, como Cataluña, el presidente gallego ha proclamado que Galicia no deserta «del autonomismo constitucional» para «buscar vías ilusorias» que tienen «como combustible» el «antagonismo de todos o contra todos», y opta por «ser fiel a un modelo en el que la unidad de los gallegos es un principio sagrado y la ruptura social el peor de los pecados que puede cometer un gobernante».
También ha remarcado que, además de consolidarse una «autonomía del bienestar», con servicios públicos de calidad, la Galicia «autogobernada» asume el reto de darle una respuesta propia a la crisis del 2008, mediante medidas «maduras y no siempre fáciles de adoptar y de entender».
«La autonomía se responsabiliza y se corresponsabiliza de decisiones trascendentes dando una prueba más que notable de solidez y madurez», dijo, recordando que el autogobierno vuelve a legitimarse en momentos en los que, al acierto en las decisiones políticas debe sumarse la responsabilidad social para que el desenlace sea esperanzador.
Sobre este punto, ha concluido que esa responsabilidad evidenciada en la crisis económica, se reedita en la gestión de la crisis de la covid-19, «en la que las comunidades autónomas gestionan la situación más crítica, desde el punto de vista sanitario, de los últimos 100 años en España».
«EXPRESIONES DIFERENTES DE UNA MISMA SOBERANÍA DEMOCRÁTICA»
El responsable del Gobierno gallego quiso también agradecer la presencia en el acto del presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; «una manera excelente de subrayar que la Constitución y el Estatuto de Autonomía son expresiones diferentes de una misma soberanía democrática».
No en vano, ha incidido en que, con la Constitución del 78, «España y Galicia se fundan y se funden como democracias, para convertirse en realidades complementarias».