El vicepresidente segundo y conselleiro de Economía, Empresa e Innovación, Francisco Conde, ha asegurado este martes en su visita a Pontevedra que «no hay ningún tipo de emplazamiento» que permita trasladar a la fábrica de Ence de Lourizán a otra ubicación en esta Comunidad por lo que será «responsabilidad» de PSOE y BNG, ha afirmado, «explicar si prefieren que se vaya a Asturias».
Francisco Conde ha hecho estas declaraciones durante la visita a la muestra ‘Os roteiros da forma’, que organiza la Xunta a través de la Fundación Artesanía de Galicia junto con la Fundación RAC (Rosón Arte Contemporáneo). Respondiendo a las preguntas de los periodistas, el conselleiro se ha mostrado rotundo con respecto al futuro de la fábrica de celulosas, afirmando que si no puede continuar en Lourizán «la alternativa ya está decidida» y la compañía pastera deslocalizará su inversión hacia Asturias.
Esta decisión «es inmediata» si el Gobierno de España no «reflexiona», según el titular de Economía en el Ejecutivo gallego, quien considera que es «una irresponsabilidad» por parte de PSOE y BNG «no afrontar la realidad». La decisión que hay que tomar, ha dicho, es «si Ence puede continuar o no su labor industrial en Galicia» –la empresa ha ratificado este mismo martes que no ve alternativa «viable» para la reubicación en la Comunidad–.
Según ha reiterado el vicepresidente económico de la Xunta, socialistas y nacionalistas «deben decidir» si prefieren que esta actividad industrial y los puestos de trabajo que generan «sea en Galicia o en Asturias».
Francisco Conde ha destacado «el gran impacto» sobre el empleo y el futuro de Galicia que tendría el cierre de Ence, «afectando no solo a los trabajadores de la planta sino a todo el sector forestal y también al ámbito logístico».
LA XUNTA, «CON LOS TRABAJADORES»
En la Xunta de Galicia, ha subrayado Conde, se va a «estar con los trabajadores» al entender que la actividad industrial de Ence en la ría de Pontevedra «cumple todos los parámetros» ambientales y urbanísticos. «No hay ningún tipo de motivo para que no tenga la oportunidad de mantenerse», ha esgrimido.
Para Francisco Conde, la resolución de este conflicto es «muy sencilla» y pasa porque el Gobierno que preside Pedro Sánchez modifique el artículo 18 de la futura Ley de Cambio Climático, para que esta normativa no limite a 75 años a permanencia en terrenos de dominio público marítimo terrestre a empresas ya asentadas.
Finalmente, Francisco Conde ha mostrado la disposición de la Xunta a formar parte de una hipotética mesa de trabajo para analizar el futuro de Ence en la ría de Pontevedra.
OPCIONES COMO AS PONTES O LA PLISAN, DESCARTADAS POR ENCE
Ence también ha defendido, mediante un comunicado, que «no existe ninguna ubicación alternativa viable desde un punto de vista técnico (cercanía a un puerto, agua, madera) ni económico (dada la ingente inversión, cercana a 700 millones de euros, que requeriría construir una nueva planta en Galicia)» para construir una nueva fábrica de celulosa en Pontevedra ni en toda la comunidad gallega y se remite a «estudios independientes, como el de la ingeniería IDOM».
Según la empresa, As Pontes no podría alojar la planta, por diferentes motivos. En primer lugar, el río Eume, debido a su caudal, no tiene capacidad para absorber el efluente de la fábrica. «Tampoco el lago de As Pontes ya que, aunque el volumen de agua es elevado, la tasa de renovación de este lago artificial es muy reducida, lo que podría dar lugar a graves problemas ambientales (reducción de oxígeno) y afectar a la calidad del agua del lago», añade.
Para la compañía, Plisan «tampoco es una alternativa viable, ante la falta de disponibilidad de agua en el río Miño, así como la inviabilidad de descargar efluentes en el río, además del hecho de ser un río binacional».
Finalmente, la compañía, que reitera su voluntad de diálogo con las administraciones y los trabajadores, subraya que la ubicación de Barro Meis «quedó descalificada al evaluar la superficie real disponible». Además, el hecho de que haya industrias ya ubicadas allí «imposibilita agrupar una parcela de 35 hectáreas, tamaño que se considera mínimo para ubicar una planta de celulosa del tamaño de la biofábrica de Pontevedra».