Los trabajadores de Alcoa San Cibrao han realizado este lunes una carrera simbólica de 1.000 kilómetros, uno por cada puesto de trabajo amenazado entre el personal de la empresa y auxiliares.
Después de que el domingo fuesen a votar con el uniforme de trabajo, este lunes continúan con las movilizaciones para reclamar al Gobierno una intervención de la planta y que la empresa paralice el ERE por el que se despedirá a 534 empleados directos.
Así, desde las 8,00 horas se ha dado salida a esta carrera por turnos en el entorno de la fábrica. Los trabajadores y familiares han recorrido varios kilómetros en grupos reducidos.
El comité organiza estas movilizaciones en un escenario marcado por el brote de coronavirus en A Mariña, en donde la mitad de los municipios de la comarca siguen cerrados.
Además, este martes los trabajadores prevén llevar a cabo una movilización sorpresa con motivo del debate de una propuesta del BNG en el Congreso sobre el futuro de Alcoa.
ÉXITO «ROTUNDO»
Esta distancia de 1.000 kilómetros equivale a una gira alrededor de la comarca, un viaje a Santiago y el desplazamiento a Madrid, que por el momento no pueden hacer.
Según ha explicado el presidente del comité de empresa de Alcoa, José Antonio Zan, la convocatoria ha sido un éxito «rotundo», tras sobrepasar la distancia inicial prevista de 1.000 kilómetros. «Se superó la participación esperada y en muchos casos los empleados corrieron acompañados de sus hijos», valora.
El periodo oficial de consultas del ERE finaliza el 24 de julio, mientras el comité reclama que se amplíe el periodo al menos un mes. De hecho, emplaza a suspender al reunión prevista para este martes, 14 de julio, «dada la cantidad» de información trasladada por la empresa.