Gardacostas de Galicia, dependiente de la Consellería do Mar, decomisó 1.290 cacharros y cerca de 350 kilos de pulpo en los diez primeros días de veda.
Concretamente, según explicó la Xunta en un comunicado, las incautaciones se produjeron en la ensenada y pantalanes de Cariño, en la zona de Arousa Norte y en las rías de Muros-Noia, A Coruña y de Vigo, así como en la playa de Arnela y en el puerto de Caión.
Estas actuaciones forman parte del seguimiento que realiza periódicamente el ente autonómico, con el objetivo de frenar la captura de especies ilegales.
La parada biológica y la veda son medidas técnicas que recoge el plan del pulpo, con el objetivo de ajustar la gestión pesquera al ciclo de vida de la especie y así proteger su reproducción y contribuir a una explotación sostenible de este recurso pesquero.
En ese período, queda expresamente prohibida la captura del pulpo, por medio de cualquier arte, en aguas en las que Galicia tiene competencias en marisqueo, ya sean interiores o exteriores.