La Unidad Residencial Medicalizada del hospital de Piñor (Ourense) ha cerrado este lunes sus puertas tras atender a 80 personas mayores contagiadas con el coronavirus COVID-19 procedentes, mayoritariamente, de residencias sociosanitarias de la provincia, durante unos 50 días de funcionamiento.
En la mañana de este lunes han dejado el centro sus últimos cuatro pacientes. Tres de ellos han vuelto a sus residencias de origen recuperados, mientras que el último deberá permanecer unos días más en el Hospital Universitario de Ourense hasta su plena recuperación.
«Las instalaciones permanecerán disponibles y alerta para su reapertura inmediata en el caso de producirse un repunte», han comunicado por parte de la gerencia. En la puesta en marcha de este sistema asistencial inédito ha colaborado de manera voluntaria personal sanitaria y residentes en formación de centros de salud, Puntos de Atención Continuada y del Hospital Universitario de Ourense.
El hospital de Piñor ha funcionado como una planta más de COVID-19 con «estrictas medidas de prevención», han explicado las mismas fuentes, para evitar la extensión de la infección en las residencias de origen de los mayores.
«RESPUESTA ÁGIL»
La apertura de Piñor como Unidad Residencial ha propiciado una «respuesta ágil», han asegurado por parte de la gerencia, a los problemas detectados en la Residencia Nosa Señora de Fátima, de O Barco de Valdeorras, desde la que se trasladaron los primeros pacientes, y a los que le siguieron usuarios de muchas otras.
La nueva unidad nació con capacidad para atender a residentes con problemas de movilidad o dependencia, así como otras necesidades médicas, complementando a la Residencia de Os Miragres, gracias a la atención asistencial prestada por personal sanitario y no sanitario del Sergas.
Para su puesta en marcha se ha contado con un equipo multiprofesional compuesto por celadores, técnicos de cuidados auxiliares de enfermería (TCAE), personal de enfermería y personal médico.