Con cerca de 1.000 playas, los ayuntamientos gallegos viven estos días un intenso trabajo de elaboración de ideas e «incertidumbres» para gestionar los aforos en los arenales de la comunidad, con propuestas que van desde el control de accesos y el vallado hasta las nuevas tecnologías, el uso de drones o el establecimiento de cuadrículas para garantizar la distancia de seguridad de los usuarios.
La problemática, en principio, no iba a producirse, al menos, hasta el 8 de junio, cuando la fase 3 de la desescalada contemplaba la apertura de las playas. Sin embargo, el Gobierno central decidió, finalmente, adelantar esta posibilidad hasta la fase 2, en la que Galicia entrará, con altas temperaturas, el próximo lunes.
En esta situación, los municipios costeros, competentes en la gestión de sus arenales, han afrontado esta semana un proceso de análisis sobre el modo más efectivo para controlar que las playas no registren aglomeraciones que puedan causar un repunte de contagios de COVID-19.
Lo hacen, tal y como han trasladado fuentes municipales, en una situación de gran «incertidumbre», en la que todavía no saben las exigencias que pondrá el Ejecutivo central, y con la premisa de que la variedad de situaciones de las playas gallegas no harán posible un único método.
CITA PREVIA, DESCARTADA
El lunes, la Xunta proponía para este fin el uso de una aplicación que, de un modo similar a lo que se hace en la Praia das Catedrais, permitiese sacar una ‘cita previa’ con la que acudir a la playa empleando un código QR, garantizando así que no se supere la carga máxima de personas permitida.
Sin embargo, la oposición de los ayuntamientos no se hizo esperar, y así se lo trasladó el presidente de la Fegamp, Alberto Varela, en una reunión con representantes autonómicos, en la que quedó descartada el uso de esta aplicación como tal.
Entre otras cosas, Varela transmitió a la Xunta que los ayuntamientos veían «inviable» aplicar este método con sus medios actuales, sobre todo por la «falta de personal» para controlar. Además, en declaraciones a Europa Press, recordó que las necesidades no son las mismas para un arenal urbano, con accesos definidos, que para playas de áreas naturales, de gran extensión, difícil acceso o múltiples entradas.
A mayores, los regidores se opusieron a esta medida por los problemas que acarrearía para las personas no familiarizadas con las nuevas tecnologías, muchas de ellas vecinos mayores de las propias localidades que no podrían acudir, así, a las playas. No obstante, sí continúan explorando con la Xunta la aplicación de las nuevas tecnologías a este fin.
RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL
De forma genérica, han recordado desde la Fegamp, todos los regidores apelan a la responsabilidad individual de los ciudadanos para mantener la distancia de seguridad y las medidas de prevención, y no acudir a playas que estén saturadas. Para ello, se instalarán paneles informativos.
Los municipios no disponen de personal suficiente para hacer un control exhaustivo de los arenales, una problemática que incluso, en años anteriores, obligó a algunos a renunciar a distinciones como la Bandera Azul por no contar con socorristas. Del mismo modo, desconocen si el cuerpo de socorristas podrá colaborar en esta materia, aunque lo ponen en duda y, en todo caso, aún no se ha comenzado con su selección.
En este panorama, el adelantamiento del primer chapuzón a la fase dos, con las temperaturas veraniegas que se registran estos días en Galicia, han pillado a los ayuntamientos aún «con muchas incógnitas».
La mayor parte de los municipios costeros de Galicia aún valora que medidas aplicar para controlar esta situación, a la espera de las directrices del Gobierno, y no descartan tomar opciones provisionales o, incluso, mantener algunas playas cerradas hasta que puedan operar con garantías.
AFOROS, DRONES Y PARCELAS
Uno de los municipios que ya ha adelantado, aunque de forma provisional, la gestión de aforos es A Coruña, que esta semana aprobó un protocolo que aplicará para los accesos a las playas entre el próximo lunes y el 15 de junio.
Según él, se vallarán las playas de Orzán y Riazor y se establecerá un único acceso de entrada y otro diferenciado de salida. Se podrán usar los aseos, pero no las duchas y será la Policía Local la encargada, junto con otros cuerpos de emergencias, de controlar las aglomeraciones.
Además, el Ayuntamiento pondrá a disposición de los usuarios una aplicación, y las cámaras municipales, para informar sobre el nivel de ocupación de las playas en tiempo real, de modo que se facilite gestionar sus visitas.
En Vigo, la otra gran urbe gallega, el gobierno local presentó este sábado el nuevo sistema que implementará desde el 15 de junio en las playas urbanas de Samil y O Vao. Consistirá en cintas de colores que dividirán la arena en parcelas de hasta seis personas y para diseñar caminos con los que bajar y subir entre el paseo y el agua de manera controlada.
Otros municipios echarán mano de drones. En Ribeira (A Coruña), el Ayuntamiento ha aprobado esta semana la compra de dos de estos aparatos para, entre otras funciones, vigilar sus 36 arenales. Los drones contarán, además, con altavoces para recordar a los usuarios la importancia de mantener la distancia de seguridad o advertir en los lugares en los que se detecten aglomeraciones, a donde acudirá la Policía.
Los drones también serán uno de los métodos por los que se decanta Sanxenxo (Pontevedra), meca del turismo de playa en Galicia, que vigilará con estos elementos el aforo de las playas y facilitará en sus redes sociales imágenes casi a tiempo real para que los visitantes puedan planificar su jornada.
A mayores, el alcalde del, Telmo Martín, ya presentó hace varias semanas el sistema de parcelas que empleará para regular el acceso y la colocación de los usuarios en los arenales urbanos, como Silgar.
Además de estos métodos generales de control de la distancia de seguridad y de los aforos, otros ayuntamientos, como es el caso de Vilanova (Pontevedra), barajan la posibilidad de dar prioridad en el accesoa los vecinos y las personas alojadas en sus campings y hoteles. Por su parte, otros como O Grove han reclamado a la Xunta apoyo económico para la contratación de personal de vigilancia.
«Ni parcelas, ni turnos, ni citas por Internet», así gestionará sus playas desde el lunes el municipio pontevedrés Soutomaior, que ha decidido «no establecer ningún tipo de restricción» para sus arenales, donde se instalarán carteles informativos con la normativa.
En la misma línea, con la llegada de la fase 2, Pontevedra abrirá el lunes las playas fluviales del Lérez, Os Praceres y Ponte Sampaio, con carteles informativos recordando la importancia de mantener los dos metros de separación. Las autoridades municipales han apelado a la responsabilidad de los ciudadanos y han recordado que la Policía patrullará para comprobar que se respetan las normas.
PISCINAS
Pero además de las playas, la entrada en la fase 2 de Galicia supondrá también la apertura, a un 30% de ocupación, de las piscinas tanto públicas como comunitarias.
Si en el caso de las piscinas públicas, que habitualmente cuentan con sistemas de gestión de entrada, esta medida no supone un gran problema, las comunitarias se enfrentan a retos como saber de qué manera controlar los aforos o que persona debe encargarse de ello.
Por ese motivo, los colegios de administradores de fincas recomiendan que, por el momento, no se abran estas instalaciones, sobre todo hasta que se clarifique quien debe asumir de forma personal la responsabilidad de controlar los aforos.