El sindicato médico O’Mega exige «pruebas eficaces y fehacientes» de diagnostico para la COVI-19 a todos los profesionales de Atención Primaria antes de aplicar un «plan de vuelta a la normalidad» en los centros de este nivel asistencial.
«Debemos descartar que los profesionales puedan ser propagadores de la enfermedad y esto solo se puede garantizar realizando pruebas», ha afirmado O’Mega en un comunicado, en el que insiste en que «estas deben ser repetidas con cierta regularidad».
Este sindicato explica que el pasado 29 de abril la Administración envió un documento borrador del plan de desescalada en Atención Primaria para presentar alegaciones antes del 4 de mayo.
En concreto, O’Mega destaca que en el momento actual la situación «obliga a mantener los niveles de contención contra la propagación del COVID-19 y de manera especial la aglomeración de las personas y seguir fomentando las medidas de seguridad, como el uso de mascarillas y el distanciamiento». «Todo ello con el fin de procurar que el rebrote de la enfermedad pueda ser controlado de una manera razonable», ha abundado.
«Los centros sanitarios y en especial los centros de salud solían ser puntos de gran aglomeración de personas algo que en un futuro deberemos de evitar», defiende para proponer que se mantenga «el cribado previo de pacientes mediante consulta telefónica para descartar síntomas de COVID-19 y priorizar el acceso a la atención presencial según las necesidades».
Y, en esta línea, apuesta por «potenciar y mejorar la consulta telefónica, método que ha demostrado durante la gestión de esta crisis haber sido altamente eficaz».
Asimismo, reivindica esta central sindical que «la distribución de las agendas deben de tener huecos disponibles para que el profesional pueda derivar la atención programada así como la atención tras la primera consulta telefónica».
«No tendrá mas de 25 actos (telefónicas, programadas, técnicas, urgentes…)», expone y matiza que «los huecos de la agenda presencial deben ser al menos 10 minutos y con una cadencia de 10 minutos entre presencial y presencial, tiempo ese que se destinara a las telefónicas».
En aquellas categorías en el que el numero de profesionales «es deficitario», O’Mega ve como «la única solución» fomentar la «prolongación de jornada y la auto prolongación», pero eso, matiza, «requiere que los incentivos que se ofrezcan sean acordes la esfuerzo que esto supone para los profesionales».
Y demanda «proporcionar a los profesionales el medio de transporte para la realización de la atención domiciliaria, además de puntualizar que «se deben contemplar las diferencias, muy notables, entre la Atención Primaria urbana y la rural, dada la idiosincrasia de cada una».
RESIDENCIAS
Por otra parte, indica que «la situación actual de las residencias de la tercera edad es claramente mejorable» y solicita que «se asigne personal especifico para el control y seguimiento de los residentes», algo que, a su juicio, «no sería aceptable es que dicho control sea realizado desde los centros de salud, incrementando su carga laboral».
Con el fin de poder realizar el control de la propagación del virus «es necesario disponer de toda la información de la incidencia de la enfermedad en las distintas áreas e incluso por zonas (tanto en la población general como los profesionales sanitarios)», reivindica este sindicato médico.
Por otro lado, considera que «hay que determinar el personal y el método que se va a utilizar para poder realizar la actividad de salud pública (control de los casos y posibles contactos)».
SALUD BUCONDETAL
En cuanto al plan de desescalada propuesto para la atención odontológica, comenta que «se limita a indicar la reanudación progresiva de la actividad programada, a reconocer la elevada exposición de odontólogos e higienistas porque los tratamientos se realizan a menos de medio metro del paciente (sic) y se generan aerosoles en la mayoría de los tratamientos». Para ello, añade, «indican higiene de manos, métodos de protección de barrera y que el paciente se enjuague con agua oxigenada antes de los procedimientos».
«Estas medidas son manifiestamente insuficientes a la vista de los conocimientos adquiridos sobre el COVID-19 y se comparan muy desfavorablemente con los protocolos y recomendaciones emitidos en otros países y con los indicados por el Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España», subraya O’Mega, que concluye que «el borrador debe recoger las peculiaridades del ejercicio odontológico y adaptar la práctica a la nueva situación».