El gobierno municipal de Vigo ha aprobado este jueves la presentación de un recurso contencioso-administrativo contra la resolución de Augas de Galicia para adjudicar el mantenimiento y conservación de la presa de Eiras, al considerar que ese mantenimiento es competencia municipal y así la está ejerciendo el ayuntamiento olívico.
Según ha anunciado en rueda de prensa el alcalde, Abel Caballero, la junta de gobierno ha dado luz a la presentación de ese recurso y entiende que, tal y como se recoge en el expediente aprobado, las prestaciones objeto del contrato que quiere adjudicar Augas de Galicia «resultarían de ejecución legalmente imposible» porque ya están siendo realizadas por la concesionaria municipal Aqualia.
«La presa es nuestra, la competencia nos la dieron en agosto de 1962, y una parte importante de la presa de Eiras la pagó Vigo. La conducción es de Vigo, y pasa por ayuntamientos por donde pagamos el IBI», ha señalado el regidor, quien ha añadido: «No queremos que la Xunta ejerza una competencia que es nuestra».
Por otra parte, Caballero ha recordado que el gobierno gallego reclama al ayuntamiento un canon anual de 655.000 euros por esas labores de mantenimiento que, según ha insistido, ya hace la concesionaria. «Es el continuo ‘hacer pagar a Vigo todo’ de Feijóo», ha zanjado.
RESPUESTA DE LA XUNTA
Mientras, fuentes de la Xunta de Galicia han matizado que el ayuntamiento olívico es titular del sistema de abastecimiento que sale de la presa, distribuyendo agua a los demás municipios, «a los que cobra», «pero del mantenimiento y de la seguridad de la presa se ocupa la Xunta».
«Si el Ayuntamiento ya realiza esas labores, que lo demuestre. Pero la Xunta no va a jugar con la seguridad de la población del ámbito de la presa. La Xunta asume la responsabilidad del mantenimiento y seguridad de la presa, y le repercute el gasto al Ayuntamiento de Vigo, como establece la ley», han señalado desde el gobierno autonómico.
Finalmente, han recordado que, si quiere librarse de pagar ese canon de regulación, el Ayuntamiento podría firmar un convenio, como así se le ofreció, pero el gobierno de Abel Caballero «no lo aceptó».