Un joven se enfrenta a la pena de 3 años de prisión como presunto autor de un delito de agresión sexual, por haber realizado supuestamente tocamientos a una chica, a la que intimidó con un arma de fuego simulada. El acusado será juzgado en la sala de lo Penal de 3 de Vigo este lunes.
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana del 14 de abril de 2024, cuando la víctima salía de su vivienda para pasear a su perro. El acusado se acercó a ella haciéndole gestos como si le pidiera fuego para un cigarrillo.
La chica se asustó y se volvió para regresar al portal, pero el acusado se echó a correr detrás de ella. En la carrera, ella se cayó y fue alcanzada por el procesado, que la tomó fuertemente del brazo y la obligó a desplazarse hacia una zona oscura de la fachada del edificio, donde le puso una pistola en el lado izquierdo de la cara, mientras la conminaba con gestos a guardar silencio.
El acusado le realizó tocamientos en la zona genital mientras le hacía gestos lascivos e inequívocamente sexuales. En un momento determinado, la víctima sufrió un mareo debido al miedo y fingió un desmayo. De este modo, ante un despiste de su agresor, salió a la carrera hacia el portal y comenzó a llamar a los telefonillos.
El procesado la persiguió y continuó haciéndole tocamientos, incluso cuando la chica logró entrar al portal tras abrirle un vecino, pero finalmente huyó del lugar al ver que ella subía a la segunda planta.
El encausado padece un trastorno de la percepción desde su nacimiento (es sordomudo) y presenta un bajo nivel socioeducativo y una personalidad inmadura. De este modo, la Fiscalía considera que tiene una merma moderada de sus capacidades intelectivas.
El arma que utilizó era una pistola simulada de plástico, pero «confundible con un arma de fuego real». Por estos hechos, el ministerio público lo considera autor de un delito de agresión sexual concurriendo la violencia y la intimidación, y pide la aplicación de la atenuante de alteraciones de la percepción.
Así, solicita que se condene a la pena de 3 años de prisión, a 4 años de libertad vigilada y que se le inhabilite durante 7 años para ejercer oficios o profesiones en las que pudiera tener relación con menores. Igualmente, reclama que se le prohíba acercarse o comunicarse con la víctima durante 5 años, y que la indemnice en 4.000 euros por los daños morales.