La segunda edición de la campaña ‘#YoComoFresasDeHuelva’ ha terminado este miércoles en la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela, para repartir 2.000 tarrinas de fresas y otras 2.000 de arándanos –como novedad de este año– y defender la producción nacional de esta fruta, para que se realice en las condiciones laborales y medioambientales adecuadas.
El secretario general de Unións Agrarias-UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos), Roberto García, ha realizado ante los medios «una clara llamada al consumidor», que ha calificado de «colaborador imprescindible» de los productores. De este modo, lo ha invitado a que, a la hora de ir a comprar, «mire algo más que la etiqueta del precio»: el lugar en el que se produjo el alimentos y los controles de seguridad y medioambentales empleados.
«Cuando se compite en desigualdad de condiciones y vamos solo buscando precios, lo que disminuimos son las garantías económicas, sociales, de lo que se le paga a los trabajadores», ha aseverado García.
Aunque la campaña se realizó en 2024 por primera vez por la detección de hepatitis A en fresas procedentes de Marruecos, persigue precisamente «poner en valor el trabajo de miles de agricultores y agricultoras», tal y como ha trasladado Manuel Piedra, secretario general de UPA Huelva. «Qué sería de nosotros sin nosotros?», ha expresado.
Tras parar en Madrid, Valladolid, León, Bilbao, Albacete, Granada, Málaga, Zaragoza y Sevilla, la campaña ha llegado a Compostela para recordar cómo se debe de comer una fresa. Piedra ha realizado una demostración ante el público del Obradoiro: se corta el rabo y se come empezando por la parte más ancha para dejar de última la punta, que acumula todo el azúcar de la fruta.
EL PRECIO DE LA FRESA
Los representantes de las organizaciones agrícolas han insistido en desvincular un mayor precio de la fresa de unas inherentes mejores condiciones. García ha lanzado un dardo a quienes aprovechan amplios márgenes comerciales para extraer beneficio propio: «No puede ser que una tarrina de fresas, un kilo de limones o un kilo de naranjas, que no requieren transformación, tenga márgenes comerciales del 600% o 900%», ha criticado.
«Por esa vía siempre habrá alguien que, pagándole menos a sus trabajadores y utilizando todo tipo de productos fitosanitarios, pueda producir más barato que nosotros. Pero al consumidor no creo que le compense que ese tipo de productos sea lo que lleve a su alimentación», ha continuado.
Como ha querido dejar Piedra en constancia, los agricultores onubenses reciben en origen 1,20 por un kilo de fresas –aunque el precio desciende según se acerca el final de la campaña–, mientras que este producto se está comercializando por cuatro o cinco euros, «en el mejor de los casos».
A FAVOR DE LOS AGRICULTORES
El secretario general de UPA Andalucía, Jesús Cózar, ha defendido la fresa como «un producto que es bandera en la provincia de Huelva, en Andalucía y, sobre todo, de España». «Representa muy bien a lo que representamos la UPA, a este tipo de explotaciones familiares, pequeñas explotaciones, que sientan la población en el territorio y hacen que nuestros pueblos no se despoblen», ha indicado.
Del mismo modo, el representante de Unións Agrarias-UPA ha realizado una defensa de la producción a nivel nacional, sin «competencia en calidad y normas de sustentabilidad». Para ello, ha considerado fundamental que «haya personas que trabajen en el medio rural» y que lo hagan con «rentas dignas».
«La formación de rentas dignas no es que el consumidor pague más por nuestros productos, sino que pague lo que cuesta producir y lo que pague el consumidor se reparta de forma transparente en los eslabones de la cadena y que nadie tenga que vender a pérdidas», ha resumido García.
Por otra parte, el secretario general de UPA Huelva ha cifrado los puestos de trabajo generados en Huelva en más de 100.000, con trabajadores procedentes de Ecuador, Honduras, Guatemala, Marruecos, Senegal, Mali y Rumanía, ha citado. «Mientras que algunos quieren mandar patrullas para cerrar las fronteras, nosotros mandamos ‘ferries’ y aviones para traer trabajadores en condiciones dignas, con alojamientos dignos y con un sueldo que dicta el Convenio del campo», ha defendido.