Un estudio ha confirmado la relación entre realizar actividades de bricolaje y el riesgo de padecer cáncer de pulmón. Investigadores de la Universidade de Santiago, entre otras instituciones, han participado en este trabajo, publicado este viernes en la revista Environmental Research.
En la investigación han participado un total de 14 hospitales de distintas comunidades autónomas y uno de Portugal, aunque el mayor número de participantes es gallego. El trabajo forma parte de la tesis doctoral de María Lorenzo González y el investigador principal es Alberto Ruaño Raviña, coordinador del Grupo de Referencia Competitiva de la Xunta de Galicia en Epidemiología y Salud Pública.
Los resultados muestran que las personas que practicaron actividades de bricolaje durante diez años o más tienen el doble de riesgo de padecer cáncer de pulmón que aquellos que no las realizaron. La posibilidad de tenerlo depende también de la dedicación al trabajo, pues a partir de las siete horas semanales el riesgo asciende hasta cuatro veces más.
Esta investigación ha contado con el mayor número de participantes de todas las realizadas hasta ahora en esta materia y en ella se han observado a 1.528 personas diagnosticadas de esta enfermedad. Los resultados tuvieron en cuenta el sexo, edad, nivel de estudios, consumo de tabaco y exposición a radón residencial de cada uno de ellos.
Los autores del trabajo ya habían señalado indicios de una relación, pues muchas de las sustancias empleadas en actividades de bricolaje son análogas a otras con mayor riesgo de cáncer de pulmón, como la carpintería o la ebanistería.
Los investigadores también apuntan que la mejor manera para prevenir el cáncer de pulmón es no fumar y recomiendan realizar actividades de bricolaje en lugares ventilados y con medidas de protección, para reducir los riesgos.