Las defensas de los cinco acusados por la muerte de Samuel Luiz, en julio de 2021 en A Coruña, a la salida de un local de ocio y tras recibir una paliza — que se inició tras pensar uno de los procesados que le estaba grabando — han alegado falta de pruebas para imputar a sus clientes un delito de asesinato con agravante de alevosía y ensañamiento, como piden las acusaciones en el juicio que se celebra en la Audiencia de A Coruña.
«Una denuncia no es una condena», ha aseverado uno de los letrados, Manuel Ferreiro, que defiende a Alejandro M.R. Mientras, el abogado de Diego M.M., el joven que presuntamente inició la agresión, ha afirmado que «no puede haber ningún tipo de cacería, ni tampoco la judicial», en referencia al término usado por el Ministerio Público.
Alegando que su defendido estaba el día de los hechos «mamado», ha incidido en que «que golpease a Samuel es deleznable, pero no le golpeó porque fuese homosexual». «Quería gresca, la tomó con Samuel como podía ser con cualquiera, no le busquen una explicación», ha expuesto ante el jurado al que explicó que pide la absolución al rechazar que su cliente lo golpease «durante seis minutos y en 180 metros».
A su vez, Luciano Prado, letrado de Catherine S.B. — que, como al primero, las acusaciones le suman al delito de asesinato la agravante de discriminación por orientación sexual — se ha preguntado: «Qué pinta esta chica aquí».
«No hace absolutamente nada», ha dicho para añadir que «esta niña en ese momento tenía 19 años y llevaba tres meses de relación con ese chico, era la primera vez que salía con su pandilla», ha asegurado en referencia a Diego M.M. Mientras, ha insistido en que los intentó «parar» y descartó un rechazo de su persona a los homosexuales. «Lleva tres años condenada», ha criticado.
UNO ALEGA QUE FUE A «SEPARAR»
El abogado de Kaio A.S.C., José Ramón Sierra, cuyo cliente se enfrenta a una petición de 27 años de prisión, por delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y robo con violencia — por el móvil de Samuel — ha manifestado que su cliente solo acudió «a separar».
«Nunca tocó ni golpeó a Samuel», ha afirmado sobre su defendido. «Se verá en la prueba que las cuestiones no son tan claras», ha recalcado en relación a las acusaciones como testificales y vídeos.
A su vez, el abogado de Alejandro M.R., Manuel Ferreiro, ha indicado también que «no hay pruebas, no hay una sola persona que señale a mi cliente». Sobre los vídeos, ha asegurado que «nadie le ve pegar, una denuncia no puede ser una condena».
«SERÁ UN IMBÉCIL, NO UN ASESINO»
«Será un cobarde, un imbécil, pero no es un asesino», ha sentenciado en otra parte de su intervención y sobre su cliente, en libertad provisional por estos hechos.
El abogado de Alejandro F.G. ha señalado que «no toda agresión con resultado de muerte tiene la misma consecuencia jurídica». Así lo ha aseverado David Freire ante el Tribunal del Jurado.
«La inocencia se presume, no es necesario probarla», ha añadido para argumentar que «la prueba no es tan clara» contra su defendido. También ha incidido en que «no cabe imputación colectiva de hechos».
«Esto tiene que ser un libro en blanco», ha apostillado ante el jurado para insistir en que se debe tener en cuenta lo que se exponga en el juicio. En el caso de su cliente, las acusaciones solicitan una pena de 22 años de cárcel por delito de asesinato con alevosía y ensañamiento.