La Catedral de Santiago pretende mejorar sus condiciones para la conservación del patrimonio de su interior a través de un modelo de prevención que calculará las condiciones del aire a partir de una copia digital del templo que emplea datos meteorológicos.
El proyecto, que estuvo en desarrollo casi dos años, está impulsado por la Xunta, la Fundación Catedral y el Centro de Investigación e Tecnoloxía Matemática de Galicia de la USC. Parte de un grupo de investigación de Jorge Mira, Alberto Otero Cacho y Alberto Pérez Muñuzurri, que también participó en los estudios de circulación del aire en las aulas durante el Covid-19.
La humedad y la condensación masiva son problemas que afronta la catedral para su conservación y que los técnicos de la misma pretenden prevenir a partir de este estudio, especialmente en el Pórtico da Gloria, al que más inciden los vientos húmedos.
«Fue muy difícil y hay mucho trabajó detrás. Estamos orgullosos porque creemos que es la primera vez que se hace en España», ha explicado Jorge Mira este viernes en la presentación del proyecto en el ‘Museo das peregrinacións’, en Santiago.
Asimismo, Jorge Mira ha explicado que reconstruyeron en digital la Catedral para saber su superficie de aire, que es de 60.000 metros cúbicos y que equivale a 160 piscinas.
Con el estudio abrirán y cerraran las puertas y rejillas de las ventanas de manera que se permita la conservación de policromías y maderas y que se evite la condensación.
«Se puede experimentar y llegar a saber qué pasaría en ciertas circunstancias», ha trasladado el director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo, que fue el primero en percatarse del problema durante las restauración del Pórtico de la Gloria.
El conselleiro de Cultura, Educación, FP e Universidades, Román Rodríguez, ha participado en la presentación de este viernes y ha valorado que sean «compatibles» los avances tecnológicos con la conservación del patrimonio, en este caso, para la conservación del bien que «más nos identifica como país».
SENSORES EN EL EXTERIOR DE LA CATEDRAL
Tanto el director de la Fundación Catedral como los investigadores coincidieron el que lo «ideal» ahora sería «tener sensores en el exterior para conocer la velocidad del tiempo en la fachada».
Los datos actuales son de la estación meteorológica de la Facultade de Física de la Universidad de Santiago, aunque fueron comprobados en momentos concretos con los de la fachada de la Catedral, coinciden en que sería más «preciso» si se instalasen en el Obradoiro.