La experta en tecnologías pesqueras sostenibles de Azti, Oihane Cabezas Basurko, ha afirmado que es «esperable» que puedan llegar a la costa vasca en el plazo de una semana a un mes pellets de plástico como los que ya se han detectado en distintos puntos de Galicia.
En declaraciones a Europa Press, Cabezas Basurko se ha referido, de esta manera, al vertido de plásticos que afecta ya a la costa gallega y a su posible llegada a Euskadi, después de que el mercante ‘Toconao’ perdiera algunos contenedores que contenía pellets cuando navegaba por aguas portuguesas.
Cabezas ha indicado que es «esperable» que estos residuos puedan llegar también al País Vasco, si bien ha precisado que todavía no han realizado ningún estudio concreto.
No obstante, ha señalado que es probable que lleguen al País Vasco pellets de plástico teniendo en cuenta la corriente IPC en otoño-invierno. Según ha explicado, la masa de agua va circulando del oeste al este y las aguas de Galicia van a llegar a Euskadi en el plazo de una semana a un mes dependiendo de las condiciones que existan y de los vientos. «Los datos científicos nos dicen que esa corriente existe y, si están en el mar, seguramente lleguen aquí», ha añadido.
Por otra parte, ha manifestado que tampoco se sabe con exactitud los pellets de plástico que se han vertido, aunque sí ha llegado «mucho a costa», de manera que todavía existe «mucha incertidumbre».
Oihane Cabezas ha añadido que en Galicia ya han activado la alerta de primer grado y hay una mesa de diálogo entre diferentes agentes para determinar el protocolo de actuación y, tras señalar que puede «llegar un poquito tarde», ha apuntado ante las iniciativas que han surgido de ONGs o de grupos de acción locales de recoger los pellets que todo lo que se realice se debe hacer «de manera coordinada» para «no dañar más al medio».
Sobre el impacto de estos pellets de plástico en el mar, ha señalado que son bolitas de dos a cinco milímetros compuestas por polímeros. Según ha manifestado, en el momento del vertido son bolas «bastante inertes» y su impacto es «más físico» y con el tiempo se biodegradan y se irán haciendo fragmentos más pequeños. «Con el tiempo, podríamos hablar de toxicidad pero, en este momento, es más físico», ha agregado.