El alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, ha señalado que en el sector de la hostelería «se entiende que es necesario y positivo que el turismo contribuya vía impositiva al mantenimiento» de la ciudad, pero la tasa turística «no entraría en vigor hasta 2025».
Sánchez Bugallo y el concelleiro de Turismo, Sindo Guinarte, han mantenido un encuentro este miércoles en el Pazo de Raxoi con representantes de la Unión Hotelera Compostela, Hostalaria.gal y la Asociación de Hostelería Compostela, a las que han presentado el trabajo y conclusiones hechas sobre la tasa turísticas.
En declaraciones a los medios tras el encuentro, el regidor local ha indicado que el objetivo de este impuesto «no sería financiar el funcionamiento ordinario de la administración pública ni de los servicios», sino «impulsar determinados servicios y actuaciones fundamentales para el turismo».
Entre estas actuaciones el alcalde se ha referido a la rehabilitación y conservación de la ciudad histórica o a implantar medidas para mantener la población y el comercio local en el casco histórico, el comercio tradicional.
Sánchez Bugallo ha asegurado, poniendo como ejemplo otras ciudades como Barcelona o las Islas Baleares que ya cuentan con este tipo de impuesto, que «en ningún caso la aplicación a tenido efectos negativos en el turismo».
Así, ha señalado que ha habido efectos positivos como «la propia concienciación del turista, preservación del patrimonio o la ayuda a que los ciudadanos que no se dedican al turismo vean una utilidad práctica de ello en la que se benefician».
«A todos les gustaría ver un procedimiento lo más seguro y simplificado posible desde el punto de vista de la aplicación y de la distribución de costes», ha añadido el alcalde de Santiago.
CUANTÍA DE LA TASA
Sobre la cuantía de la tasa, el autor del informe encargado por Raxoi a la Universidade de Santiago, César García Novoa, ha explicado que es «muy moderada», ya que «oscilaría entre los 2,5 euros y los 0,5 euros dependiendo del tipo de establecimiento». Así, ha insistido que en esta tasa se incluyen también los pisos usados con finalidades turísticas.
En cuanto a la repercusión económica que tendría el catedrático de la USC ha señalado que la estimación «está entre los 2,5 millones de euros y los tres, acercándose más a esta última».
García Novoa ha recordado que se trata de un impuesto autonómico y que, en su propuesta, se plantea que sea «de exigencia voluntaria por parte de los ayuntamientos» y que los fondos sean para los que lo apliquen.
PASOS A SEGUIR
Tras la reunión y presentación de este estudio a los hosteleros, Sánchez Bugallo ha apuntado que el próximo paso será «convocar junta de portavoces para informar a los grupos». Así, ha indicado que posteriormente se llevaría al consejo de administración y se volverían a reunir con las asociaciones.
Una vez llevados a cabo estos pasos, sería cuando el Gobierno local remitiría a la Xunta de Galicia tanto el informe técnico realizado como las observaciones que considere conveniente incorporar.
De esta manera, ha insistido en que «no se va a poder aplicar antes de 2025» y que esperan que la Xunta «lo tenga para este verano», ya que «será ella la que marque el ritmo para convertirlo en ley y poder hacer la ordenanza fiscal correspondiente posterior».
El regidor local ha subrayado que «se busca la mejor y mayor convivencia posible entre vecinos y turistas». Así, ha detallado que Santiago «recibió 180 solicitudes en el mes de marzo de cambio de uso de residencial a turístico y cero en sentido contrario», por lo que «se tienen que buscar mecanismos que permitan compensar esta deriva».
RECURSOS QUE REVIERTAN EN EL SECTOR
Por su parte, Hosteleria.gal ha pedido en un comunicado que los recursos que genere el impuesto turístico, cuya creación apoyan, «reviertan en el sector».
Hosteleria.gal ha propuesto que la tarifa que se aplique «sea escalada, por día o fracción», de modo que «no penalice en exceso al tipo de visitante con más poder adquisitivo, por ser el objetivo del turismo sostenible, responsable y de calidad».
Asimismo, la asociación considera «esencial» incluir en el impuesto al turismo de excursiones, por «el alto impacto que causa en el entorno de la Catedral en el poco tiempo que permanece en la ciudad y el escaso rendimiento económico que produce».