El ex director de seguridad de Adif Andrés Cortabitarte, procesado en el juicio por el accidente del tren Alvia en Angrois (Santiago), no fue informado de las discrepancias existentes entre el departamento de obras y el suyo propio sobre si era necesario o no un informe del evaluador independiente para el tramo de la curva de A Grandeira, según ha declarado el subdirector de sistemas de control, mando y señalización, Ralf Shäfer.
Como su antecesora en las comparecencias este martes en el juicio, Shäfer también participó en reuniones de seguimiento de los trabajos previos a la puesta en servicio de la línea Ourense-Santiago, en la que el descarrilamiento de un tren Alvia en julio de 2013 acabó con la vida de 80 personas y dejó a 145 heridas.
En su turno, este trabajador de Adif, en calidad de testigo-perito y propuesto por la Abogacía del Estado (que representa a Adif), ha explicado que la dirección de Obras aclaró a su gabinete –compuesto por él y otras cuatro personas, una de ellas Patricia Cabezudo, la persona que compareció previamente– que había «tres tramos» en la línea, tras un primer momento en que él mismo pensaba que el enclavamiento de Santiago era nuevo, lo que habría obligado a hacer un análisis de riesgos por parte del evaluador independiente.
Como Cabezudo, este trabajador ha sostenido que el enclavamiento de Santiago «no se da de baja, los trenes siguen circulando» y «es de red convencional». «En este contexto lo que aplica no es un ISA –el informe del evaluador independiente, Ineco–, sino un decálogo», ha mantenido, en la misma línea.
«Ahí empieza la discrepancia y en las reuniones que continúan lo que hacemos en Seguridad es pedir más información. Pedimos el plan de puesta en servicio y trasladamos exigencias a la UTE», ha expuesto.
FUE «MÁS ALLÁ»
En este sentido, ha apuntado que se resolvió pedir, además del decálogo, un informe de seguridad, con lo que «normativamente excedía» las exigencias, iba «más allá».
A continuación, sin embargo, la abogada de la plataforma de víctimas ha puesto en duda esto, al mostrar un documento que explicita que el decálogo va acompañado de un informe de seguridad.
«¿CORTABITARTE HACE ALGO?»
Ante el Ministerio Público, este trabajador, que era en concreto el jefe de gabinete de certificación del departamento de Cortabitarte, ha sido interrogado sobre lo que hacía el director de Seguridad procesado.
«¿Qué hace el director? ¿Hace algo? ¿Toma opinión, decisión, participa… o simplemente usted le explica y a él le parece bien?», le ha soltado.
«En este caso, yo voy recibiendo toda la información, veo cómo va progresando el proyecto y voy informando al señor Cortabitarte. Sí que le informo. Tenemos reuniones mensuales para repasar todos los proyectos, entre ellos Ourense-Santiago y le voy informando. En el caso de que hubiera algo excepcional, algo que hubiera puesto en peligro la puesta en servicio…», ha respondido, punto en el que el fiscal le ha interrumpido.
«¿Usted le informa de que en un primer momento tienen dudas? ¿De que se plantea tener ISA? ¿O le dan la solución, sin el problema previo?», ha añadido el representante de Fiscalía.
«En este caso concreto, si era necesario o no el ISA, es una cosa que se resuelve a nivel de mi jefatura, no le traslado en ningún momento a Andrés Cortabitarte ese problema», ha contestado este trabajador de Adif.
ABOGADO DEL MAQUINISTA
Por último, ante uno de los letrados que ejercen la defensa del maquinista Francisco Garzón, el otro procesado en el juicio, este testigo-perito ha defendido la actuación en Angrois.
«No se considera una limitación permanente de velocidad, no necesariamente», ha respondido a cuestiones sobre la curva de A Grandeira.