El superior inmediato del jefe de maquinistas que avisó del riesgo de accidente en Angrois (Santiago), José Luis Rodríguez Vilariño, ha afirmado que consideró que ese era un «punto crítico» pero que «se ajustaba a norma», en relación a la curva de A Grandeira, donde descarriló un tren Alvia en julio de 2013 dejando 80 muertos y 145 heridos.
Rodríguez Vilariño comparece en calidad de testigo propuesto por el letrado del maquinista que circuló hasta Ourense, Javier Illanes, en la décimo primera jornada del juicio por el siniestro.
En el banquillo de los acusados se sientan el ex director de seguridad en la circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, por el análisis de riesgos de la línea, y el maquinista Francisco Garzón, por frenar tarde al atender una llamada del interventor y tomar la curva con un exceso de velocidad.
A continuación está previsto que declare el miembro del equipo de la gerencia de seguridad en la circulación de Renfe Viajeros, Ángel Lluch Perales, con el que José Ramón Iglesias Mazaira asegura que llegó a hablar sobre su alerta de peligro en Angrois.
(Habrá ampliación)