«Me reitero en que las víctimas me perdonen. Pero fue un accidente, no pude evitarlo». Estas han sido las últimas palabras de la declaración del maquinista del tren Alvia, Francisco Garzón, en la segunda jornada del juicio por el accidente ocurrido en el barrio compostelano de Angrois el 24 de julio de 2013, que dejó 80 muertos y 145 heridos.
Tras una hora aproximada de comparecencia, en la que solo ha respondido a preguntas de su abogado defensor, Manuel Prieto, y en ocasiones a las aclaraciones solicitadas por la jueza, Garzón ha concluido con la voz rota y con esas disculpas.
El letrado ha destacado que fue «público y notorio» que el maquinista pidió perdón en varias ocasiones, incluso a través de una carta que recogió la prensa. Tras esto, Garzón ha reiterado en su petición a las víctimas de que le perdonen, tras lo que ha añadido que «fue un accidente» y que «no» pudo «evitarlo».