Las autoridades han desactivado la situación 2, de alerta por proximidad a viviendas del núcleo de Pereiro, en el incendio forestal declarado en la tarde de este miércoles en el municipio ourensano de Castrelo de Miño y que ya asciende a 147 hectáreas quemadas.
Según el último parte de la Consellería do Medio Rural, con datos hasta las 8,30 de este jueves, este fuego sigue activo en la parroquia de Barral, pero de madrugada se ha levantado la alerta de nivel 2 porque se considera que ya «no hay peligro para los núcleos de población».
En las tareas de extinción han trabajado hasta el momento, entre otros medios, 41 brigadas, 26 motobombas, seis aviones, cuatro palas, 11 helicópteros y 21 técnicos.
Con todo, los dos mayores incendios forestales desde que hay registros en Galicia, el de O Courel (Lugo) –11.100 hectáreas arrasadas– y el de Valdeorras (Ourense) –10.500 hectáreas– siguen controlados. Este jueves se cumplen dos semanas desde que tormentas secas provocaron medio centenar de incendios por la caída de rayos en Galicia, con estos dos fuegos como los de mayor tamaño, los cuales se encuentran todavía sin extinguir.
El gran incendio de O Courel, en el que se juntaron cinco focos –tres del ayuntamiento de Folgoso y otros dos, de A Pobra do Brollón–, sigue controlado desde el mediodía de este miércoles.
Asimismo, continúa controlado el incendio con 20 hectáreas calcinadas en O Saviñao (Lugo), en la parroquia de Rebordaos. Según la Xunta, se inició por lo menos en tres focos diferentes, «lo que muestra su intencionalidad».
En cuanto a los otros dos grandes incendios, situados en la provincia de Ourense, se mantienen sin variaciones. Así, sigue controlado el fuego de la parroquia de Riodolas, en Carballeda de Valdeorras, que afecta al Parque Natural da Serra da Enciña da Lastra, con 10.500 hectáreas quemadas; y continúa estabilizado el del municipio ourensano de Vilariño de Conso, que afecta al Parque Natural do Invernadeiro y que ha calcinado 6.500 hectáreas.
Los incendios que están aún sin extinguir suman 28.267 hectáreas quemadas, que ascienden a más de 33.000 si se contabilizan todos los que en las últimas semanas se han ido apagando.
En concreto, los incendios extinguidos quemaron unas 4.600 hectáreas en: Cualedro –31 hectáreas–; Baiona –46 hectáreas–; Melón –dos fuegos que suman 98 hectáreas–; Quiroga –345 hectáreas–; Ribadavia –67 hectáreas–; Covelo –37 hectáreas–; Cervantes, parroquias de Donís –75 hectáreas–, Noceda –182 hectáreas–, Cereixedo –65 hectáreas– y O Castro –0,5 hectáreas–; así como Rodeiro –110 hectáreas–; Palas de Rei –375 hectáreas–; Antas de Ulla –54,1 hectáreas–. Esta lista se completa con los tres en el municipio de Oímbra, parroquias de Rabal –2.100 hectáreas–, San Cibrao –370 hectáreas– y Videferre –919 hectáreas–.