El comité de Alcoa en San Cibrao, en Cervo (Lugo), ha convocado para este domingo una caravana hasta Burela, bajo el lema ‘Enerxía solución’, en la que han participado casi 1.000 vehículos.

La salida de vehículos propios estaba fijada para las 11,30 horas en Ribadeo en la estación de autobuses y en Viveiro en el aparcamiento al lado de la estación de autobuses; lugares de los que finalmente han salido entre 400 y 500 coches, respectivamente, tal y como ha confirmado el presidente del comité de empresa de Alcoa, José Antonio Zan, a Europa Press.

La caravana, que ha discurrido «sin incidentes» y «ha sido muy visual», ha contado con una gran participación, en palabras de Zan, pese a celebrarse mientras dos turnos de la empresa continuaban trabajando, por lo que no podían acudir.

Los representantes de los trabajadores, que continúan con la consigna de que ‘A Mariña sálvase loitando’, han dibujado con coches blancos la palabra SEPI, acto que han grabado desde las alturas con un dron.

«Esperamos que el Gobierno mueva ficha por fin. Llevamos 17 meses esperando a que lo hagan y luchando por una solución real. No queremos más jueces, ni sentencias, queremos una solución», ha reivindicado el representante del comité de empresa, que ha anunciado además una nueva movilización nocturna para el próximo sábado 6 de noviembre.

Esta misma semana, el Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) que anuló el expediente de regulación de empleo (ERE) que Alcoa pretendía ejecutar en la planta de San Cibrao.

FRANCISCO CONDE SOBRE ALCOA

Sobre la situación de la planta de Alcoa San Cibrao se ha pronunciado este mismo domingo el vicepresidente segundo de la Xunta, Francisco Conde, quien ha remarcado que la anulación del ERE confirmada por el Tribunal Supremo viene a dar «la razón a los trabajadores y a la Xunta» cuando durante las negociaciones identificaron que la compañía «estaba actuando de mala fe».

Por eso, Conde ha instado a la multinacional –en una entrevista en la Radio Galega, recogida por Europa Press– a «abandonar esa actitud» que mantuvo «durante los últimos meses» y al Gobierno central a «adoptar una decisión formal para cerrar la venta de la planta y permitir que un comprador pueda asumir el proyecto».

Eso sí, esto pasa en primer lugar «por garantizar un precio eléctrico competitivo» y en segundo lugar por que tanto el Estado como Alcoa se sienten a «establecer los criterios sobre esa venta». Para ello, la Xunta insiste en que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) intervenga la factoría «si es necesario».

«Lo cierto es que el Ministerio (de Industria) hasta lo de ahora está ausente en el proceso y nosotros pedimos que se restituya la mesa de negociación y se pueda dar certeza a los trabajadores», ha agregado.