El autor del último atestado policial que consta en el sumario del caso de Déborah Fernández Cervera se ha ratificado ante la jueza de instrucción en la principal hipótesis de su informe: que la joven se encontró con alguien cercano el día que desapareció, el 30 de abril de 2002, y que el lugar en el que fue localizado el cadáver diez días después estaban lleno de pistas falsas.
Este agente ha sido uno de los testigos que ha prestado declaración este jueves en el juzgado de instrucción número 2 de Tui (Pontevedra) y el mismo que, entre 2008 y 2010 tomó las riendas de la investigación y concluyó, en un atestado de más de un centenar de páginas, que Déborah Fernández Cervera se encontró con alguien conocido y cercano el día que desapareció.
Ese informe, de la bautizada como Operación Arcano, veía como hipótesis más plausible que la chica se hubiera ido voluntariamente con esa persona, que su muerte se hubiera producido por sofocación (no tenía lesiones visibles en el cuerpo) o por acción criminal, y que la persona implicada adoptó las máximas precauciones para confundir a los investigadores y que no se le relacionase con los hechos.
A ese respecto, este atestado apuntó a la posibilidad de que el escenario en el que apareció el cadáver, en una cuneta en el municipio de Oia, tenía pistas falsas, como un preservativo y un pañuelo. También vio plausible que el semen encontrado en el interior del cuerpo de la joven (que fue analizado y no se corresponde con el perfil de nadie conocido) fuese introducido ‘post mortem’.
En todo caso, y después de que la familia de Déborah hubiese pedido, sin éxito, la comparecencia de este agente, este jueves finalmente ha prestado declaración (tras recurrir la negativa del juzgado de instrucción y admitirse el recurso por parte de la Audiencia Provincial) y se ha ratificado en el contenido de ese informe.
Se trata de un atestado que, además, pone el foco en un posible sospechoso, un varón cercano a la víctima, sobre el que apunta ciertas contradicciones en sus declaraciones. Sea como fuere, nunca se llegó a citar a esa persona como investigada al entender el juzgado que no había indicios sólidos y solo unos días después de presentarse el informe policial, en 2010, el caso fue archivado (aunque se reabrió a finales de 2019 para la realización de nuevas diligencias).
DECLARACIÓN DE SU PRIMA
Por otra parte, en la jornada de este jueves también han prestado declaración otro agente de Policía (primer instructor de la investigación) y una prima de Déborah, que es la última persona, que se sepa, que la vio con vida y habló con ella antes de su desaparición.
Esta testigo no había prestado declaración en un juzgado nunca antes por este caso y este jueves ha comparecido por primera vez en 19 años. Precisamente, ésta es una de las muchas supuestas negligencias que la familia siempre ha denunciado en torno a la instrucción de este procedimiento.
Ahora, con la vista puesta en mayo del año que viene (cuando prescribiría el delito que se investiga), la familia de Déborah se encuentra a la espera de recibir los resultados de varias diligencias solicitadas: informes de ADN y cotejos (relacionados con el hallazgo de unas fibras y pelo tanto en el cuerpo de la joven fallecida como en una colcha y un arcón), informes técnicos de peritos informáticos, y el resultado de la inspección ocular realizada el pasado 30 de septiembre en un vehículo propiedad del principal sospechoso en este caso.
El juzgado deberá citar también a otros dos testigos, que inicialmente iban a comparecer este jueves pero que no fueron notificados a tiempo. Uno de ellos ya está localizado, el otro reside en el extranjero y su comparecencia será más complicada.