Una jornada antes de que el comité clínico de expertos que asesora a la Xunta vuelva a reunirse, los ayuntamientos ourensanos afectados por las restricciones reconocen el esfuerzo y los efectos negativos que éstas han tenido, aunque, teniendo en cuenta la evolución de la covid-19 en el territorio, las ven «necesarias y positivas».

Así, en el caso del Ayuntamiento de Barbadás, cuyo gobierno se mostraba reticente a la restricción de movilidad, ahora, el regidor municipal, José Carlos Valcárcel, ha manifestado ver una mejoría que resulta «aliviante», ya que, de los 71 casos de la semana pasada han bajado a 61.

Así el alcalde considera que las restricciones de movilidad «muy probablemente se extenderán más allá del 1 de noviembre», medida que considera que, hasta el momento, ha sido efectiva. No obstante, ha recalcado que supone «un freno» para el tejido comercial y económico del Ayuntamiento de Barbadás, ya no solo en la hostelería, si no en otros comercios de cara a festividades como el puente del uno de noviembre.

La curva también ha descendido en al Ayuntamiento de Ourense, donde, de los 551 casos activos la semana pasada, hay ahora 465, lo que supone una caída del 15%. Con estas cifras, confían en que, si se mantiene el descenso, el comité clínico pueda optar próximamente por suavizar las restricciones.

La hostelería de la ciudad lamenta que las restricciones de movilidad hayan afectado «todavía más» a su «ya difícil» situación, puesto que «antes se desplazaban muchos compañeros de trabajo juntos» y ahora, aunque puedan compartir coche «no pueden compartir mesa», explican los hosteleros, en referencia a la limitación de reuniones para convivientes. Del mismo modo, ponen la vista en las Navidades, donde va a «estar difícil que las reuniones se puedan realizar para esas fechas».

Mientras, en el Ayuntamiento de O Irixo el número de casos ha aumentado –han pasado de ser 8 a ser 11– aunque desde el Ayuntamiento señalan que era «algo esperable» puesto que al «realizar más pruebas se encuentran más positivos». Es por ello que, en vista a la reunión de este martes, consideran que es todavía pronto para hacer un baremo de si las medidas han sido efectivas o no, aunque se muestran optimistas viendo que ha disminuido la cibra en «Barbadás y Ourense, donde llevaban cerrados más de una semana».

Así pues, el alcalde de O Irixo ha apelando a la responsabilidad social individual, de la que ha dicho que «cada día está más convencida la población».

Entre los ayuntamientos que siguen preocupando a Sanidade se encuentran los de O Carballiño y Boborás, que comenzaron el jueves con la limitación de movilidad perimetral.

Esta misma mañana, Boborás ha pasado a formar parte, en el mapa de colores de la Xunta de Galicia, de las áreas en nivel de alerta 2 por el aumento de casos. Mientras que la semana pasada se mantenía en 18 casos, hoy presenta 27, aunque su alcaldesa, Patricia Torres, no descarta que todavía aparezcan más, puesto que considera que «muchos de los casos se forman a través de positivos asintomáticos que, no conociendo que son portadores del virus, se relacionan en el ámbito familiar sin tomar ningún tipo de precaución».

Aunque señala que «no logra comprender» cómo su Ayuntamiento es el más afectado de la comarca detrás de Carballiño, ya que, a pesar de la relación entre ambos, «hay otros que tienen la misma o incluso más» y tienen menos casos.

La regidora se muestra especialmente preocupada por el auge de los casos pero también porque, aunque «por el momento la media de edad no es elevada», teme que podría llegar a serlo. «Hay que evitar que llegue a población mayor, así como que llegue a personas que sufran otras patologías y por tanto tengan más factores de riesgo a la hora de enfrentarse a esta enfermedad», ha resumido.

Sumándose a la petición del resto de alcaldías, Patricia Torres pide especial responsabilidad individual y alude a que, para conocer la eficacia de las medidas decretadas, todavía «ha pasado poco tiempo». De cara a la reunión de este martes, que «disminuyan», ha señalado, es «imposible que suceda». «Y si hay que aumentar las restricciones, se aumentarán, porque lo importante es la salud», ha zanjado.

Por su parte, en el Ayuntamiento de Carballiño la cifra de contagios asciende a 175, uno menos con respecto al fin de semana. El teniente de alcalde de la localidad ha afirmado que la mayor parte de los casos se han debido a «reuniones sociales» donde «jóvenes y no tan jóvenes han bajado la guardia» pero también a que «al hacer test masivos aparecen más casos».

También en Carballiño ratifican que las medidas aún no han tenido tiempo suficiente «como para saber si son efectivas o no» pero que, siendo elaboradas por un comité experto en la materia «es porque son las necesarias». Aún así, el teniente alcalde ha manifestado que el sector de la hostelería está resultando muy perjudicado y, de cara a la temporada de lluvias, «es una situación complicada si pueden seguir únicamente sirviendo en terrazas» por lo que espera que la situación mejore.

TEST RÁPIDOS

Por otra parte, por lo que se ha mostrado preocupado el alcalde de Barbadás es por el uso de los test rápidos para el cribado poblacional. Ha asegurado que, de las cuatro farmacias adheridas a este programa de la Xunta, a una de ellas las pruebas le caducan ya este martes, por lo que hoy ha sido el último día para poder realizar la prueba, mientras que en las otras tres el último día es este jueves.

En O Irixo, al igual que en Boborás, la única farmacia de cada ayuntamiento ya se ha adherido, pero aún no he recibido las pruebas. Consideran que a lo largo de la semana podrán empezar a realizarlas y han recordado que «cualquier medida de prevención es bien recibida».

Por su parte, el ayuntamiento de O Carballiño ha comenzado a tomar las citas previas para realizar las serologías, pero comparten crítica con Barbadás en el corto periodo que hay para llevarlas a cabo, subrayando que no se pueden acabar el día 24 porque «no es suficiente».