El programa ‘Cubertos’, impulsado por Abanca y su Obra Social Afundación, en colaboración con ayuntamientos y entidades sociales con el objetivo de garantizar una alimentación saludable durante las vacaciones escolares a menores en riesgo de pobreza o exclusión social, repartió durante el pasado mes de julio cerca de 80.000 menús, 1.650 al día de lunes a viernes, en las siete principales ciudades gallegas.
Para el correcto desarrollo de este programa ha sido imprescindible la labor de los 100 miembros del equipo de la Obra Social de Abanca y de los 120 voluntarios tanto de Abanca como de Afundación que se encargaron de preparar la distribución, entregar los menús y atender a las familias.
Para ellos este programa ha supuesto «un acercamiento a la realidad de muchas familias que lo están pasando muy mal», según ha recogido la entidad en sus testimonios. «Esta experiencia nos hace reflexionar y ser conscientes de lo afortunados que somos algunos , así como ser partícipes activamente en la sociedad, cubriendo un hueco que estaba sin atender», destacan.
Los menús se han distribuido en A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra, Santiago, Vigo y Ferrol, en colaboración con las administraciones locales y distintas entidades sociales, según cada municipio. Para ello, se habilitaron un total de 22 puntos de recogida, para facilitar la accesibilidad de las familias con localizaciones adecuadas a sus necesidades.
Abanca y Afundación impulsan este programa dentro de su compromiso con las personas más vulnerables, conscientes de que el impacto provocado por el coronavirus «exige una respuesta rápida y coordinada para hacer frente a las necesidades inmediatas de quien más lo precisa».
MENÚS SALUDABLES
Los menús del programa ‘Cubertos’ se elaboraron siguiendo las recomendaciones de la Estrategia NAOS de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que engloba acciones para inculcar hábitos de vida saludables a través de la alimentación y el ejercicio.
Con este objetivo, los menús, preparados en empresas gallegas especializadas y supervisados por nutricionistas, han sido equilibrados y orientados a la edad y gustos de los menores y se han elaborado con productos frescos de proveedores locales. Asimismo, en la preparación de los menús se ha atendido a las necesidades específicas de los niños y niñas participantes con intolerancias, alergias u otras particularidades.