La CIG ha registrado de forma telemática una denuncia ante la Inspección de Trabajo en Galicia para que «garantice una reapertura segura» de las escuelas infantiles en la comunidad, puesto que no se han realizado evaluaciones de riesgos laborales en cada centro ni hay, a su juicio, «protocolos serios» contra la covid-19.
Una representante de CIG Autonómica, Zeltia Burgos, explicó en declaraciones a los medios, acompañada de varios delegados sindicales reunidos frente a las instalaciones de la Consellería de Política Social, que «a día de hoy» no se han facilitado los horarios de trabajo a las trabajadoras, que se incorporan el 1 de septiembre, y no se sabe «cómo van a ser esos llamados grupos burbuja».
Estos grupos, planteados para que los integren siempre los mismos niños y los mismos profesionales a su cargo, son «la medida fundamental a medio y largo plazo» para el cuidado de los más pequeños, ha dicho Burgos, que ha pedido que se garantice la pareja educativa en todos los centros de la Axencia Galega de Servizos Sociais y del Consorcio de Igualdade e Benestar.
Este modelo, que supone que hay dos profesionales a cargo de un grupo determinado de menores, no es el que se aplica en todos los centros dependientes de la Consellería de Política Social, de modo que en los casos en los que no lo hay, si un bebé presenta síntomas, se le aísla y se activa el protocolo covid-19, «el resto de los bebés quedarían solos», ha expuesto la sindicalista.
El protocolo «unilateral» de la Xunta, ha agregado, es «inaplicable e inasumible» si no hay un incremento de personal. «A coste cero esto no va», ha manifestado.
«INSEGURIDAD» PARA PROFESIONALES Y FAMILIAS
Burgos ha considerado que «no llega» con que los padres no puedan acceder al interior y deban llevar mascarilla. «Eso no son medidas preventivas serias», ha protestado y ha destacado que «no hay evaluación de riesgos laborales en cada centro».
Hay, ha proseguido, unas 2.000 trabajadoras que todavía no saben cómo van a ser sus horarios de trabajo ni cómo se resuelven las medidas de conciliación solicitadas o cómo deben afrontar las tareas si están embarazadas. «Es la pescadilla que se muerde la cola y es una inseguridad total para los compañeros, para los niños y para las familias», ha criticado.
Así, ha pedido a la autoridad laboral que tome medidas y «obligue a que se hagan evaluaciones y unos protocolos serios y de forma consensuada con toda la comunidad».