Un informe realizado por un grupo de expertos sanitarios para el PSdeG avisa de que la letalidad «real» del coronavirus en Galicia es mayor que en otras comunidades autónomas toda vez que el número de fallecidos por contagios es «más alto».

«Si en nuestra comunidad autónoma la circulación del virus fue tan baja, la realidad es que su impacto en los fallecimientos fue mayor porque el volumen de fallecidos por contagios es más alto», señala el documento elaborado por un grupo de expertos entre los que se encuentra el exdirector de Saúde Pública, Ramón Medina, y la que fuera conselleira de Sanidade durante el gobierno bipartito, María José Rubio.

Esta cuestión, conforme apunta, «pone en evidencia el pretendido discurso de la anticipación falaz de la Xunta» y considera que si se asumen los datos del estudio serológico, el daño que hizo el COVID-19 en Galicia es «de los más elevados de España».

«Las explicaciones en función de la demografía gallega y el envejecimiento de la población son posibles, pero los datos de Asturias, con una población similar en estas características, evidencian que un sistema sanitario más fortalecido de inicio y una política más activa de servicios públicos pudieron jugar un papel importante en el freno de la letalidad del virus», indica.

Por ello, aunque la tasa de mortalidad gallega es de 2.25 por cada 10.000 habitantes, muy por debajo de la española (5.76); y que la letalidad en Galicia es del 6.69% frente a 11.40, el documento considera que este análisis debe ser «matizado» en función del distinto nivel de circulación del virus en las distintas comunidades autónomas.

«En Galicia el virus circuló poco y esto obliga a matizar las primeras impresiones sobre los datos», sostiene el estudio, que atribuye este menor número de contagios a que las medidas de confinamiento y limitación de la movilidad de la población en España se aplicaron en un momento en el que el coronavirus aún había circulado «muy poco» en Galicia.

«RELATO OFICIAL»

Pese a estas cuestiones, el documento censura que el «relato oficial» de la Xunta pretenda ofrecer «una realidad idílica no real» e intente reducir el impacto del coronavirus en Galicia para hacer «una batalla político-partidista de la situación».

«Galicia debe asumir sus responsabilidades», apunta antes de llamar la atención específicamente sobre la «insuficiencia de reacción» en las residencias de mayores, espacios cuya situación denuncia y en los que considera que no se habilitaron «mecanismos de protección adecuados». Además, responsabiliza al Gobierno del PP de «no abrir residencias públicas» en más de una década en Galicia.

El documento, que sostiene que el alto nivel de contagios entre profesionales sanitarios evidencia también fallos en la protección y en la provisión de material necesario, hace un repaso por la situación de distintas áreas como la atención primaria y las urgencias y avisa de que si la sanidad gallega funciona es «gracias a los profesionales» y a pesar de una «gestión enlentecida, limitada y con poco diálogo».

«Necesitamos una visión competente, de un afrontamiento de los retos que el sistema tiene que afrontar ya en el día de hoy y de una visión transformadora para los próximos años que permita diseñar un sistema público eficiente, sostenible, con la máxima calidad y resolutivo», indica.

SITUACIÓN DE LA SANIDAD

«La pandemia provocada por el coronavirus evidenció la relevancia fundamental de nuestro sistema sanitario», incide el estudio que repasa la gestión realizada por los presidentes Manuel Fraga, Emilio Pérez Touriño y Alberto Núñez Feijóo.

En este sentido, considera que la política sanitaria del gobierno de Fraga consistió en mantener un sistema bajo mínimos hasta 2005, cuando el bipartito presidido por el socialista Emilio Pérez Touriño «trabajó en redimensionar el sistema y darle músculo».

Frente a ello, sostiene que los gobiernos de Feijóo se caracterizan por los «recortes silenciosos» que conllevaron a una situación actual en la que «el sistema necesita impulso y transformación».

«El presupuesto de 2009, último año de Gobierno progresista en Galicia, tardó diez años en ser alcanzado por el Gobierno de Feijóo, hasta 2018. Pero hay que tener en cuenta la inflación de todos estos años», indica el documento, que sostiene que, si se actualiza al valor real actual estos importe, se concluye que esos presupuestos de 2009 siguen siendo superiores a cualquier otro.

Estos recortes «derivan en problemas de calidad del sistema y disminución de la calidad asistencial», apunta el documento, que denuncia la existencia de 1.000 camas hospitalarias menos que en 2019 y sitúa la política de personal de los gobiernos de Feijóo de la última década como un «gran fracaso» de gestión que dificulta la calidad asistencial.