El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha rechazado comparecer en el Parlamento de Galicia, como pide toda la oposición, para dar explicaciones sobre su relación con el exdirectivo de Pemex Emilio Lozoya, detenido en Málaga por su supuesto vínculo con casos de corrupción.
«Sería una falta de respeto al propio Parlamento y a la Xunta; permítame que me lo tome come una cuestión de la campaña electoral. Supongo que saldrán más, espero que tengan más enjundia, esto se desmiente leyendo los periódicos y teletipos que escriben ustedes», ha esgrimido.
Y es que, al igual que hizo la semana pasada, ha negado que el exdirectivo detenido participase en los acuerdos con la Xunta de los floteles y el astillero vigués de Barreras. De hecho, ha remarcado que está siendo investigado por la justicia por una cuestión vinculada con Brasil.
Así, ha ironizado con que este asunto es «un clásico», al que hay que «responder con la verdad». «Cuando conseguimos los barcos no estaba este señor en Pemex, sino el anterior. El planteamiento es ridículo. No cabe todo en campaña electoral, aunque parece que empieza a caber», ha esgrimido, antes de remarcar que, ya en su día, se trató de minimizar los acuerdos hablando «de barquitos» y de que «se regalaba Barreras».
«¿De verdad la gente cree que esto puede tener alguna relevancia?», ha contestado, después de ser preguntado acerca de si «conocía» al exdirectivo, con el que sí que mantuvo encuentros. Al respecto, ha indicado que también se reunió con los presidentes de Uruguay en una reciente visita. «¿Y si mañana hay algún problema con estos políticos, el responsable es Feijóo? Ningún problema y ningún temor», ha zanjado.
ENTRADA DE PEMEX EN HIJOS DE J. BARRERAS
En septiembre de 2012, Pemex y la Xunta de Galicia anunciaban la firma de los contratos para la construcción de dos floteles (uno en Barreras y otro en Navantia-Ferrol) y, algo más de un año después, a propuesta de Emilio Lozoya, el Consejo de Administración de PMI (filial de la petrolera mexicana) aprobó la compra del 51 por ciento de las acciones del astillero vigués por 5,1 millones de euros.
Esta compra, apadrinada por Feijóo (en cuya agenda pública figuraron encuentros con Lozoya en 2013 y 2014), se escenificó en diciembre de 2013, en una visita de mandatarios de la empresa mexicana a Vigo. En esa visita, se anunciaron varios contratos más, que nunca llegaron a hacerse realidad (un atunero, tres ‘buques-tanque’ y otras tres unidades que tampoco se concretaron).
Más tarde, la bajada del precio del petróleo y el cambio de gobierno en México, donde el presidente López Obrador anunció la revisión de contratos y una investigación sobre la «corrupción» en la petrolera, hicieron que el astillero vigués se convirtiera en un quebradero de cabeza para Pemex.
De hecho, la estatal azteca ha trasladado su intención de deshacerse de las acciones, y recuperar los 5,1 millones de euros, así como los 8 millones depositados en garantías.