La dirección de Anova continúa apostando por la unidad popular, aunque considera que ante las elecciones autonómicas del próximo año debe reformularse la herramienta para acudir a los comicios creando una plataforma «sin imposiciones» por parte de las organizaciones participantes y que evite caer en la «fragmentación a la izquierda» del PSdeG.

Se trata de la idea principal del documento político enviado por Anova a sus militantes de cara a la IV Asemblea Nacional, que se celebrará el próximo 14 de diciembre en los alrededores de Santiago de Compostela y que marcará el futuro de la organización que, tras no concurrir a las generales de abril y noviembre, destaca que las elecciones «son un arma fundamental, no la única, pero sí irrenunciable».

En la tesis, a la que ha tenido acceso Europa Press, la cúpula de la formación nacionalista fundada bajo el impulso de Xosé Manuel Beiras en 2012, realiza un análisis de su trayectoria y la de la unidad popular desde su nacionamiento, además de detenerse en un contexto actual que ven marcado por el «rearme» del bloque conservador y la tendencia hacia el retorno del «bipartidismo imperfecto» que caracterizó la política gallega hasta el surgimiento de AGE.

Así, en un mensaje velado hacia sus todavía socios en el Parlamento galleg Podemos y Esquerda Unida, Anova avisa que no ve espacio para una «cuarta» pata si el «mapa político-insititucional» gallego camina hacia la vuelta del modelo imperante hasta el año 2012, cuando AGE -coalición de Anova y EU previa al surigimiento de Podemos y precursora de las mareas– irrumpió en el panorama político restringido hasta entonces a la convivencia entre PP, PSOE y BNG.

Y es que, para la dirección de Anova, los resultados de los últimos procesos electorales reflejan que el ecosistema político de Galicia camina en esa dirección, lo que no dejaría espacio para una cuarta opción si ésta no apuesta por la unidad popular con la implicación de todos los agentes que hasta ahora venían participando.

«Si el mapa político-institucional gallego camina hacia esa recomposición no habrá lugar para una cuarta opción que busque un reparto de sufragios del reducido espacio que quede fuera del bipartidismo imperfecto. Una opción de parte y falta de unidad, en ese sentido, probablemente no sería capaz por sÍ sola de disputar ese pequeño reparto restante a la izquierda del PSOE», inciden.

ANTE UNA CITA CLAVE

La formación nacionalista encara una cita que se antoja clave en su futuro como organización después de la ruptura de En Marea y de no presentarse a las elecciones generales de abril y su repetición en noviembre al haberse distanciado de sus ‘socios preferentes’ en los últimos años: Podemos y Esquerda Unida, agrupados en la coalición En Común.

Éstos, tras consolidar en las generales de noviembre los dos diputados obtenidos en abril, se reivindican con el espacio del cambio genuino en Galicia. De hecho, sus referentes Yolanda Díaz y Antón Gómez-Reino marcaron el camino para un hipotético reencuentro de la unidad popular ante las autonómicas de 2020: «El futuro pasa» por En Común.

Sin embargo, Anova desliza en su tesis que discrepa de que En Común sea la herramienta adecuada para la supervivencia de la unidad popular como alternativa política y expresa su disconformidad con el trato recibido por parte de Podemos y EU en los últimos meses.

«El trato que se le da a Anova y a las mareas municipales fue una muestra de la voluntad de minorizar y subalternizar un espacio común que a pesar de todo sigue teniendo un potencial mucho mayor de lo que las siglas de parte que tienen. En el lugar de la cooperación se opta por la imposición», remarca.

Así las cosas, consideran que existen «las condiciones» para «reconstruir» una herramienta para acudir a las elecciones de 2020 que debe tomar como ejemplo «las claves» sobre las que se articularon las mareas municipales (algo que ya se intentó con el partido instrumental En Marea).

Por todo ello, y tras reconocer que la implicación con la idea de la unidad popular desde 2012 perjudicó la propia construcción de Anova como organización, la dirección apela a «no abandonar» el proyecto político surgido en 2012 tras el divorcio del nacionalismo gallego, pues creen que «es necesario reforzar la posiciones del soberanismo gallego dentro de la unidad popular». «Y para eso el camino debe ser el refuerzo de Anova».