El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha asegurado que no habrá «líneas rojas» en las conversaciones con los grupos para llegar a un pacto por la lengua gallega, pero ha rechazado la «imposición» de una lengua sobre otra.
El máximo mandatario autonómico se ha pronunciado de este modo en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal de su Gobierno y al ser preguntado si su Ejecutivo está dispuesto a modificar el derecho del plurilingüisimo.
Al respecto, ha incidido en que «no hay líneas rojas» y ha puesto en valor «la proactividad» de su Gobierno para convocar a los grupos con representación de la Cámara gallega para iniciar el diálogo sobre la lengua gallega.
Dicho esto, ha sostenido que la única cuestión «muy lógica» y que «refrendan la mayoría de los gallegos» es que no se debe convertir en una «imposición». «Monolingüismo, ni en gallego ni en castellano, no creo que sea lo que siente la inmensa mayoría de la población», ha afirmado.
En este sentido, ha incidido en que la Xunta está «dispuesta a hablar», pero que si el tema pasa por «decir que tiene que haber una imposición de una lengua sobre la otra» eso «sí sería una línea roja».
«A partir de ahí», se ha mostrado a favor de las «medidas necesarias» para promover el uso del gallego, facilitar su utilización y prestigiarlo, «especialmente entre la gente joven». «Creo que todo eso es lo que hay que hacer y es lo que vamos a hacer», ha considerar para asegurar que eso será lo que traslade el conselleiro de Cultura, Lingua e Xuventude, José López Campos, a los grupos.
Por otra parte, preguntado por la cantidad que se recoge en las cuentas para la normalización lingüística, Rueda ha sostenido que, a mayores de la partida destinada específicamente a este asunto, «hay otras» en las que «también se va a abordar la promoción de la lengua» gallega sin que «estén específicamente en la partida de normalización».